15 de septiembre de 2022

Estimado Secretario Blinken:

Como es de público conocimiento,  la República soberana de Armenia se encuentra en una encrucijada crítica.

El reciente ataque de las fuerzas azeríes en el lado armenio de la frontera con Azerbaiyán marca un nuevo punto en los extremos a los que Azerbaiyán está dispuesto a llegar para avanzar en sus ambiciones de expansión en la región y resolver sus disputas sobre el problema de Nagorno-Karabaj a través de la fuerza bruta,  en lugar de la mesa de negociación.

Como usted mismo mencionó recientemente, el presidente azerí, Ilham Aliyev, ha cruzado la línea del orden internacional al agredir a Armenia en su propio suelo, bombardear comunidades inocentes y matar a un número significativo de fuerzas de defensa armenias en respuesta a lo que claramente es una invasión a una nación soberana.

Si las distracciones del día hacen que la comunidad internacional no tome medidas rápidas y unidas para responsabilizar a Azerbaiyán por esta clara violación de las normas internacionales, entonces la victoria pertenecerá a los déspotas y matones de este mundo.  Esta actitud, enviará una señal de que es más sencillo resolver problemas complicados   entre países con el poder de la espada proverbial que con la razón de la pluma.

Cuando las fuerzas de Putin invadieron Ucrania en febrero pasado, Estados Unidos lideró a la comunidad internacional en una misión para sancionar al estado ruso y reunir todos sus recursos diplomáticos y militares para ayudar al pueblo ucraniano. Sin embargo, para los armenios, hubo la inevitable decepción de que tal solidaridad internacional y magnanimidad, no se brindaron a los armenios de Artsaj en septiembre de 2020, cuando el gobierno azerí lanzó una guerra de alta tecnología contra comunidades inocentes, desatando una catástrofe humanitaria y una letanía de crímenes de guerra ahora bajo adjudicación en la Corte Mundial.

Azerbaiyán ha mostrado su mano. La pregunta es si el mundo ha aprendido de la historia armenia pasada que las aplicaciones arbitrarias de los valores y principios nacionales son una invitación a las naciones depredadoras para burlar las reglas del compromiso internacional con impunidad. El apoyo y la protección no pueden repartirse selectivamente en una escala móvil de interés nacional.

El gobierno armenio ha pedido a sus aliados regionales que cumplan con los tratados para garantizar la integridad territorial de su nación, pero no está claro si sus otras distracciones y prioridades usurparán estos acuerdos.

Esto deja a Armenia aislada y su seguridad en peligro inminente.

Armenia es una democracia en desarrollo. Nuestra religión, idioma, música y logros artísticos y arquitectónicos son verdaderamente únicos en la civilización mundial. Además, la preponderancia de intelectuales, artistas, músicos, académicos, científicos, inventores y empresarios armenios en todo el mundo, muchos aquí en los Estados Unidos, dice mucho sobre las prioridades y valores nacionales armenios.

Somos una nación de constructores, no de destructores. Somos un pueblo de gran fe cristiana que ha hecho el máximo sacrificio por nuestras creencias, sobre todo por las 1,5 millones de víctimas estimadas del Genocidio Armenio de 1915. Y, somos un pueblo de resistencia indomable, cuando uno considera el alcance de las tragedias y los traumas que hemos soportado como una nación antigua, a pesar de las oportunidades perdidas de nuestros amigos extranjeros para tomar medidas decisivas para protegernos de los agresores y opresores que parecen ver nuestros valores amantes de la paz, como nuestra vulnerabilidad.

Todo el mundo armenio reconoce este momento crucial. Nuestra pesadilla de vigilia es que la historia se repetirá y aquellos con el poder y la influencia para dar forma a la historia no actuarán con la suficiente decisión o rapidez para salvarnos de esta amenaza existencial. La protección de Armenia no debe ser una consideración geopolítica o un cálculo político, sino un imperativo moral. Y los altos el fuego temporales nunca son la solución cuando una de las partes se niega a seguir las reglas.

En estos tiempos de división en la historia de la humanidad, el mundo entero está atento para ver si la democracia y la libertad prevalecerán sobre la autocracia y la opresión. Que salvar una Armenia libre, independiente y democrática sea parte de la respuesta.

Como presidente de la Unión General armenia de Beneficencia (UGAB), la organización sin fines de lucro armenia más grande del mundo, hablo en nombre de una red global de cientos de miles de armenios en los cinco continentes. Una gran mayoría son armenio-estadounidenses que sirven en todas las esferas del gobierno, la industria y el comercio en todo el país. Como tal, hago un llamado a los Estados Unidos de América y sus aliados para que desplieguen todo su poder diplomático y herramientas punitivas para hacer que Azerbaiyán rinda cuentas por sus acciones y poner fin a sus planes de dominación regional a expensas de la soberanía y democracia de Armenia.

Agradecemos  su inmediata atención a este llamamiento urgente.

Sinceramente,

Berge Setrakian

Presidente

La Unión General Armenia de Beneficencia es la organización sin fines de lucro más grande del mundo dedicada a defender la herencia armenia a través de programas educativos, culturales y humanitarios. Cada año, AGBU se compromete a marcar la diferencia en las vidas de 500.000 personas en Armenia, Artsaj y la diáspora armenia. Desde 1906, AGBU se ha mantenido fiel a un objetivo primordial: crear una base para la prosperidad de todos los armenios. Para obtener más información, visite www.agbu.org.