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Armenia - Armenia
Mujeres armenias que hicieron historia

Las mujeres de Charentz (Primera parte)

07 de Septiembre de 2020

Durante el mes de diciembre de 2019, en la Casa - Museo del poeta Ieghishé Charentz, en Ereván, se inauguró la exposición "Arpenig - Isabella, un encuentro post-mortem".

Ellas fueron las dos esposas del gran poeta del siglo XX, Ieghishé Charentz, que nunca se conocieron en vida, pero a tantos años de su muerte se encuentran por medio de fotografías, objetos, souvenires y recuerdos.

El 2019 fue un año de jubileo para ambas: el 120º  aniversario de Arpenig Der Asdvadzadurian y el 110º aniversario de Isabella Godabashian.

El poeta vivió pocos años con ambas. Arpenig falleció seis años después de haberse casado y la separación de Isabella se produce con el exilio político y posterior muerte del poeta, también luego de seis años de convivencia.

A pesar del encanto y la seducción que le prodigaron muchas mujeres a quienes dedicó hermosas piezas líricas, el poeta amó y respetó mucho a sus dos mujeres; sobre todo a su primera esposa, Arpenig, a quien amó hasta la adoración.

Cuando Arpenig fallece a consecuencia de una intervención quirúrgica tardía, Charentz queda tan perturbado y conmovido que en un momento de inestabilidad emocional, quema toda su ropa y pertenencias para que nadie las pueda usar y traerle su recuerdo. Por eso es que hay muy pocos objetos de Arpenig y lo poco que hay se conserva como reliquia en la Casa - Museo.

Lo poco a lo que se tiene acceso es gracias a la segunda esposa del poeta, Isabella, quien pudo esconder y guardar de las autoridades soviéticas del momento los manuscritos de Charentz y los objetos de Arpenig.

 

Arpenig Der Asdvadzadurian

Ieghishé Charentz se casa con Arpenig en 1921, en Ereván.

Ella había nacido en 1899 la aldea Verin Aza de la provincia Koghtn. La educación primaria la recibe en el Instituto Kayanian de Tiflís, y en 1920 se traslada a Ereván, donde comienza a trabajar con niños discapacitados en un colegio contiguo al orfanato subvencionado por el Comité Americano para Medio Oriente. Allí conoce a Charentz, quien se desempeñaba como docente y pronto se enamora de Arpenig, no solo por su dulzura, encanto y cualidades femeninas, sino también por sus conocimientos literarios armenios, rusos y en el arte de la declamación.

Ieghishé y Arpenig se casan un año después de haberse conocido y parten a Moscú a capacitarse en la Universidad Oriental de los Trabajadores. Charentz tenía 24 años y Arpenig, 22.

Se entendía muy bien. Como jóvenes que eran, tenían intereses en común, viajaban juntos y eran muy felices. Arpenig era la verdadera compañera de vida de Charentz, que toleraba y aceptaba sus vicios; lo apoyaba en sus momentos difíciles; perdonaba sus errores y lo aceptaba tal cual era. Ellos no tuvieron hijos y Arpenig falleció estando embarazada, por complicaciones y atención médica tardía.

Tras su muerte, Charentz quiso conservar el rostro y la mano de Arpenig moldeadas en yeso. Ambas piezas se conservan y pueden verse hoy, además de su sobre de maquillajes, que el poeta le había comprado en Alemania, un espejo, una tabaquera, el cepillo de zapatos, su set de manicura, frasquitos de cremas cosméticas y aros, entre otros objetos.

Arpenig era una de las mujeres intelectuales de su época; bella e inteligente. Charentz valoraba mucho esto y por ello le regalaba objetos refinados y de buen gusto.

En 1930, apareció la antología poética "Aurora épica", que Charentz le dedica. "Dedico mi libro al recuerdo de mi esposa, compañera, heroica amiga: Arpenig Charentz" -dice la dedicatoria.

Además de los objetos, forman parte de la exposición los escritos, poemas, libros dedicados a sus dos mujeres.

(Continuará)

De Anush Trvantz, Semanario "Masís", EE.UU.

Traducido por la prof. Annie Mouchian

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