En los últimos meses, es ampliamente reconocido que el primer ministro Nikol Pashinian y los órganos judiciales de su gobierno han intensificado sus acciones contra el alto clero de la Iglesia Apostólica Armenia, en particular contra el Katolikós de Todos los Armenios.

Lo que inicialmente se presentó como la “indignación personal” del primer ministro —quien afirma ser creyente de la Iglesia Apostólica Armenia— ante presuntas faltas morales en la vida privada de algunos clérigos, pronto se transformó en intervenciones estatales directas, abruptas y sin precedentes en la vida interna de la Iglesia y de sus servidores espirituales.

Hoy, cuando el primer ministro acude cada domingo a una liturgia distinta rodeado por un dispositivo policial, y cuando los medios anuncian anticipadamente —en violación de las normas litúrgicas— que se omitirá la mención del Katolikós de Todos los Armenios, mientras continúan arrestos inusuales de clérigos de alto rango basados con frecuencia en hechos cuestionables y supuestos delitos de años atrás, queda claro que ya no se trata de una inquietud personal, sino de una intervención sistemática del Estado.

Esta conducta constituye una violación manifiesta de la Constitución de la República de Armenia y una intromisión ilegítima en la vida de la Iglesia. Armenios dentro y fuera del país observan con creciente consternación una crisis que amenaza con erosionar gravemente el tejido espiritual y nacional del pueblo armenio.

Ante esta situación, nuestra prensa realizó dos llamados esenciales. En primer lugar, exigimos el cese inmediato de detenciones de clérigos y laicos sin las garantías fundamentales de un juicio justo, una práctica que contradice los estándares internacionales y se asemeja a métodos característicos de regímenes autoritarios. Asimismo, instamos al gobierno a respetar estrictamente el principio constitucional de no injerencia del Estado en los asuntos eclesiásticos.

En segundo lugar, solicitamos a la Santa Sede de Etchmiadzin aplicar las disposiciones canónicas correspondientes mediante la convocatoria de la Asamblea Episcopal, y posteriormente de una Asamblea Eclesiástica Nacional, a fin de analizar y, si fuera necesario, reformar las normas que rigen la vida institucional de la Iglesia.

Sin embargo, la gravedad de la crisis quedó revelada cuando el intento del Katolikós de convocar la Asamblea Episcopal el 10 de diciembre no pudo concretarse. Según la Santa Sede, la mayoría de los obispos de las diócesis en el extranjero temieron viajar a Armenia ante el clima represivo y los recientes arrestos dirigidos contra miembros del clero. A solicitud de los propios obispos, la convocatoria debió postergarse.

Esta situación demuestra que las prácticas anticonstitucionales, antidemocráticas y de corte dictatorial del gobierno de Pashinian han degradado la imagen y la estabilidad institucional de Armenia en el contexto internacional.

Mientras concluíamos este comunicado, se hizo pública una nueva declaración del primer ministro en la que expresa su intención de violar abiertamente tanto la Constitución como los estatutos de la Iglesia Apostólica Armenia, llegando incluso a anunciar su propósito de remover ilegalmente al Katolikós de Todos los Armenios, elegido por la nación armenia, para luego imponer un locum tenens ilegítimo y promover nuevos estatutos eclesiásticos, todo ello sin autoridad legal alguna.

Si tales acciones se materializan, esta crisis nacional se convertirá inevitablemente en una crisis de dimensión global, que podría obligar a la Iglesia Apostólica Armenia —con su estructura mundial y su base clerical y laica— a solicitar intervención de organismos internacionales de derechos humanos y otras instituciones pertinentes.

A pesar de este escenario alarmante, hacemos un llamado urgente al primer ministro Pashinian y a su administración para que corrijan de inmediato esta conducta inaceptable y perjudicial para la nación.

Exigimos la liberación sin demora de todos los clérigos y laicos detenidos por motivos políticos sin el debido proceso, así como la declaración oficial del gobierno comprometiéndose a poner fin a esas prácticas.

Instamos también a que las autoridades anuncien públicamente que actuarán estrictamente dentro del marco de la ley, conforme a la Constitución de la República de Armenia.

Reconocemos la iniciativa ejemplar del Katolikós al intentar convocar la Asamblea Episcopal, la cual debe celebrarse en condiciones de tranquilidad y libertad, garantizadas por las autoridades, en la Santa Sede, como paso previo a la Asamblea Eclesiástica Nacional, donde podrán evaluarse y aprobarse las reformas necesarias.

La implementación inmediata de estas medidas es esencial para que todo armenio —en Armenia o en la diáspora, clérigo o laico— pueda viajar y participar sin temor en la vida espiritual y comunitaria de la nación, sin riesgo de intimidaciones, persecuciones ni grabaciones clandestinas.

Reafirmamos estas exigencias de manera categórica, en defensa de los intereses supremos de nuestra Iglesia y de la nación armenia.

Prensa Coordinada del Partido Demócrata Liberal Armenio

Azg (Armenia)

Abaka (Canadá)

Arev (Egipto)

Zartonk (Líbano)

Nor Ashkharh (Grecia)

Baikar (Estados Unidos)

Armenian Mirror-Spectator (Estados Unidos)

Sardarabad (Buenos Aires)

10 de diciembre de 2025