Equipara el retorno de armenios de Artsaj con las pretensiones territoriales de Azerbaiyán sobre Armenia
Nikol Pashinian realizó hoy una declaración que resulta alarmante desde la perspectiva de los intereses estatales de Armenia y el futuro del pueblo armenio.
Así como en 2019 la declaración "Artsaj es Armenia y punto" sentó las bases para una guerra devastadora, la afirmación de hoy podría servir en el futuro para legitimar nuevas agresiones contra el territorio soberano de Armenia.
Aunque las declaraciones peligrosas, desinformadas, descuidadas y frecuentemente inconstitucionales e ilegales han sido numerosas bajo este gobierno desde una perspectiva diplomática y de interés nacional, la declaración de hoy se destaca entre las más graves.
Es sencillamente increíble lo que Pashinian "propone" a los azerbaiyanos: les solicita que dejen de llamar "Azerbaiyán Occidental" al territorio de Armenia y que abandonen sus planes de asentar azerbaiyanos allí, prometiendo a cambio que el lado armenio cerrará "el tema del retorno de los armenios de Karabaj".
No se requiere formación diplomática para comprender que entre estos dos temas no puede existir ningún paralelo, ni desde la perspectiva del derecho internacional, ni de la percepción internacional, ni de la simple lógica.
Existen decenas de convenciones internacionales y disposiciones del derecho internacional que otorgan el derecho incluso a pueblos que tuvieron autonomía durante la era soviética de regresar a sus lugares de origen de donde fueron expulsados por la fuerza. El retorno es lo mínimo. Algún grado de autonomía es el mínimo. Decenas de plataformas internacionales, acuerdos, convenciones y precedentes otorgan al pueblo armenio el derecho no solo de regresar a una unidad anteriormente autónoma poblada mayoritariamente por armenios, sino también de discutir el estatus de esa unidad dentro del marco del derecho internacional, incluso hasta la soberanía.
Al poner estos dos temas en el mismo nivel, Pashinian ha conseguido un único y desastroso "logro": ha dado legitimidad internacional a las pretensiones territoriales de Azerbaiyán sobre Armenia. Lo que antes era una reivindicación sin ningún fundamento legal, ahora puede ser presentado por Bakú como equivalente al derecho legítimo de retorno de los armenios de Artsaj, un derecho amparado por el derecho internacional. En otras palabras, Pashinian ha convertido las ambiciones expansionistas de Azerbaiyán en un tema "negociable", al mismo nivel que los derechos humanos fundamentales de decenas de miles de armenios desplazados.
Esta es una concesión diplomática de consecuencias incalculables que traiciona no solo los derechos del pueblo armenio de Artsaj, sino que pone en peligro la integridad territorial de la propia República de Armenia.
