Las recientes declaraciones de Nikol Pashinian sobre la colocación de la bandera estatal de la República de Armenia en o sobre las iglesias, la ejecución obligatoria del himno nacional antes de las liturgias, la influencia en el proceso electoral del locum tenens del Katolikós, el desarrollo de un nuevo estatuto de la Iglesia con la participación del gobierno y la formación de mecanismos de intervención en las elecciones del nuevo Katolikós, se están convirtiendo en una intrusión directa y sistemática del poder estatal en el campo de la autonomía interna de la Santa Iglesia Apostólica Armenia.
Todo esto ocurre mientras el primer ministro lleva meses insistiendo en que el Katolikós de Todos los Armenios "ha violado el voto de celibato" y debe dimitir, y esta semana incluso lo acusó de "ser un agente".
Al mismo tiempo, cuatro clérigos continúan bajo arresto, mientras que la Santa Sede califica todas las acusaciones como fabricadas, infundadas y políticamente motivadas.
La "hoja de ruta" de Pashinian es un conjunto de intervenciones estatales ilegítimas.
La disposición expresada para influir en los mecanismos electorales del locum tenens, en el contexto de la demanda de remoción del Katolikós, manifiesta claramente el objetivo político de remodelar el sistema de liderazgo de la Iglesia.
La declaración de Pashinian de que el gobierno está dispuesto a proporcionar "asistencia consultiva" en el desarrollo del estatuto contradice los principios fundamentales del derecho canónico y la autonomía de gobierno de la Iglesia Armenia.
El estatuto solo puede ser formulado por órganos eclesiásticos.
El plan de Pashinian significa: primero cambiar las reglas del juego bajo la influencia del poder, luego elegir un nuevo Katolikós con esas reglas.
Este enfoque crea un grave peligro para la legitimidad e independencia del liderazgo de la Iglesia.
Las propuestas de ejecución obligatoria del himno de Armenia y la colocación de la bandera estatal no encajan ni en la lógica de la vida canónica de la Iglesia, ni en el orden constitucional del Estado secular de la República de Armenia.
Un Estado secular no puede imponer a una institución religiosa cómo organizar su liturgia.
Esto viola groseramente el principio de separación de los límites Estado-Iglesia.
Hoy ya es visible la secuencia y lógica de las acciones del poder:
● casos penales contra clérigos,
● acusaciones públicas y calificaciones ofensivas,
● imposición de símbolos estatales,
● iniciativa de modificación del orden jurídico eclesiástico,
● intención de control sobre los procesos electorales internos de la Iglesia.
Esto tiene como objetivo integrar la Iglesia en el campo de control del poder, socavando su autonomía secular.
Pashinian está poniendo en peligro el orden constitucional de Armenia, la autonomía de las instituciones y los fundamentos del Estado secular.