El exdiputado turco de origen armenio considera que los próximos meses serán decisivos para abrir las fronteras y avanzar hacia una paz regional, aunque advierte que la influencia de Azerbaiyán sigue siendo un obstáculo clave.
El político turco de origen armenio Garo Paylán, exdiputado del Parlamento de Turquía, expresó su optimismo sobre el futuro del proceso de normalización de las relaciones entre Armenia y Turquía, asegurando que “ve un futuro brillante” y que “en enero deberíamos ver buenos avances”.
Durante un encuentro con periodistas, Paylán afirmó que Ankara ha tomado la decisión de avanzar en la reconciliación, algo que considera fundamental. “Turquía desea avanzar en este proceso, pero el mayor obstáculo sigue siendo la política de ‘dos Estados, una nación’ que mantiene con Azerbaiyán”, señaló.
El exlegislador destacó que por primera vez existe la posibilidad de que los procesos de diálogo armenio-turco y armenio-azerbaiyano avancen en paralelo, sin que uno obstaculice al otro.
“Antes uno era obstáculo para el otro, pero hoy pueden avanzar juntos. Estos meses serán decisivos para la normalización de las relaciones entre Armenia, Turquía y Azerbaiyán. Si los países occidentales ayudan un poco más y logran convencer a Turquía y a Alíyev, creo que todo podría avanzar conjuntamente”, afirmó.
Consultado sobre los motivos del estancamiento en la apertura de la frontera armenio-turca, Paylán recordó que el presidente Recep Tayyip Erdogan prometió en 2012 permitir al menos el paso de ciudadanos de terceros países. Sin embargo, esa promesa nunca se cumplió.
“Erdogan no vio suficiente interés de las potencias occidentales en ese tema. Alíyev lo llamó y le dijo que no debía abrir la frontera hasta que él mismo lo autorizara. También mencionó que la empresa estatal azerbaiyana SOCAR debía invertir 8 mil millones de dólares en Turquía. Erdogan es un presidente oportunista; evalúa sus propios intereses y pérdidas. Desafortunadamente, no percibió motivación en Occidente, y la frontera permaneció cerrada”, explicó.
No obstante, Paylán aseguró que tras los acuerdos del 8 de agosto, tanto Turquía como Azerbaiyán comprenden que “ha llegado el momento de avanzar”. “Ankara tiene esa intención. Creo que veremos buenos desarrollos en enero”, añadió.
Para Paylán, la guerra de Artsaj (Nagorno Karabaj) en 2020 dejó lecciones claras para Turquía. “Con los enfrentamientos no gana nada. Pensó que obtendría beneficios, pero no fue así: Rusia y otros países sacaron provecho, y Turquía perdió. Ahora ha entendido que solo a través de la paz y de la apertura de rutas puede beneficiarse”.
“Existe una gran ventana de oportunidad. Turquía ahora apoya la apertura de la frontera, la reanudación de las comunicaciones y la normalización de las relaciones. Creo que Alíyev también está calculando qué puede perder o ganar. Las inversiones en la ruta de Zangezur deben concretarse lo antes posible”, subrayó.
Paylán rechazó la idea de que Armenia deba temer la apertura de la frontera con Turquía. “Tendría mucho más que temer si las fronteras permanecen cerradas. Llevamos 30 años con las fronteras cerradas. Si estuvieran abiertas, habría comercio y relaciones diplomáticas. Turquía y Grecia también tienen problemas, pero sus fronteras están abiertas, hay comercio y turismo. Cuando surgen tensiones, nadie teme una guerra. Si las fronteras se abren, ambas partes saldrán beneficiadas”, argumentó.
El político señaló que si el presidente Ilham Alíyev no expresa desacuerdo, la frontera armenio-turca podría abrirse en enero para los ciudadanos de terceros países. “Espero que dentro de unos meses la frontera también se abra para los ciudadanos de Armenia y Turquía”, dijo Paylán, añadiendo que en ese mismo mes podrían producirse “desarrollos positivos respecto a la llamada ruta de Trump”.
Consultado sobre cómo pueden normalizarse las relaciones mientras Turquía sigue negando oficialmente el Genocidio Armenio, Paylán recordó que su abuela y su padre murieron sin llegar a ver justicia histórica.
“No quisiera morir sin ser testigo de esa justicia. Si no tienes futuro, no puedes tener relaciones; si la puerta está cerrada, ¿cómo puedes iniciar un diálogo sobre el pasado? Creo que teniendo relaciones podremos construir el futuro, y después será más fácil hablar del pasado.”
El exdiputado sostuvo que la justicia no debe buscarse en Washington o París, sino en la propia región. “Mediante el diálogo se puede lograr todo con mayor facilidad. El pueblo de Turquía hoy está preparado para decir que en 1915 ocurrieron hechos terribles, pero aún no está listo para llamarlo genocidio. Durante 110 años, todos hemos perdido: tanto los armenios como los turcos”, concluyó.