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Sábado 11 de Octubre - Buenos Aires - Argentina
PREMIO MEJOR MEDIO DE PRENSA PUBLICADO EN LENGUA EXTRANJERA - MINISTERIO DE LA DIASPORA DE ARMENIA 2015
Opinion - Vahe Hovhannisian, Grupo "Proyectos Alternativos"
¿Y por qué no organizar el debate?
10 de Octubre de 2025

Es evidente que Nikol Pashinian insistirá hasta el final en su propuesta de mantener un debate con los expresidentes, confiado en que dicho encuentro nunca se concretará. A medida que se acerquen las elecciones, esa insistencia será cada vez más fuerte e intensa. La postura de los expresidentes es conocida. Pero eso no detendrá a Nikol, porque su objetivo no es debatir: su propósito es sostener una provocación disfrazada de invitación, sabiendo que el debate no se realizará. Es una maniobra clásica.

Sin embargo, existe una alternativa no convencional: ¿quién dijo que el debate tiene que ser solo entre ellos cuatro? ¿Y la sociedad? ¿Y los votantes?

Cualquier medio de comunicación, organización no gubernamental o iniciativa ciudadana podría organizar un debate indirecto entre Pashinian, Levon Ter-Petrosian, Robert Kocharian y Serzh Sargsian, sin su presencia directa, y basarlo únicamente en hechos y resultados concretos de sus respectivos períodos de gobierno. Sin insultos, sin agresividad, solo con datos verificables.

En otras palabras, no se trataría de un debate entre personas, sino entre gestiones, resultados y políticas públicas.
Podría convertirse en un proyecto cívico de gran relevancia, un verdadero ejercicio de memoria y análisis previo a las elecciones. Mostrar los logros y errores en los principales ámbitos —seguridad, proceso de negociación, economía, sistema judicial, urbanismo, demografía, entre otros— sería un aporte valioso a la madurez democrática del país.

Hoy en Armenia existe una generación y media que solo conoce la vida anterior a 2018 a través del relato de Nikol Pashinian. Y eso no puede permitirse. Este tipo de debate ayudaría a comparar con objetividad, romper el relato único del “antes y después” y ofrecer a la ciudadanía una visión más equilibrada de su propia historia reciente.

Más aún, ese debate podría continuar luego sin Nikol Pashinian, lo que sería una evolución natural del proceso.
Hay que desmontar el concepto simplificador de “los anteriores”: Ter-Petrosian, Kocharian y Sargsian son figuras completamente distintas, con trayectorias, logros y errores diferentes. Hablar de ellos abiertamente no debe ser un tabú, sino una oportunidad para aprender y corregir.

Porque, en definitiva, se trata de nuestra historia común, de la que nadie puede escapar. Este ejercicio podría ayudar a la sociedad a cerrar en 2026 un ciclo doloroso y abrir una nueva etapa de reconstrucción.

Y sobre todo, hay que comprender que frente a las acciones cada vez más arbitrarias del poder, es necesario aprender a responder con métodos no convencionales, pero inteligentes, cívicos y constructivos.

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