Kerbala, ciudad santa de Irak y uno de los principales centros de peregrinación del islam chiita, fue escenario de un episodio llamativo durante la procesión de duelo de Arbaín. Cerca de las carpas de los fieles llegados de Azerbaiyán y Turquía, se extendieron en el suelo las banderas de Israel y Estados Unidos, colocadas intencionalmente bajo sus pies.
Uno de los momentos destacados de la marcha fue cuando estos fieles arrojaron las banderas al suelo, invitando a los demás a pisotearlas.
Los participantes declararon: «Así debe ser. Si no existiera la presión de las autoridades, Azerbaiyán sería uno de los países que más decididamente se pronunciaría contra el vergonzoso régimen sionista.
Como pueblo que ha sobrevivido a un genocidio, hoy comprendemos más que nunca el sufrimiento del pueblo palestino oprimido».
Dejándo de lado la pregunta de qué “genocidio” han vivido los azerbaiyanos; lo más significativo aquí es que, si los armenios hubiesen hecho algo parecido, de inmediato toda la prensa internacional se hubiera apresurado a presentarlos como “fascistas”. Sin embargo, en este caso lo hicieron los azerbaiyanos, los mismos que llevaron a cabo la guerra contra Armenia con el apoyo de Israel, y que, a cambio, le suministran petróleo a ese país.
He aquí el carácter de este tipo de «principista» gobierno israelí…