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Sábado 23 de Agosto - Buenos Aires - Argentina
PREMIO MEJOR MEDIO DE PRENSA PUBLICADO EN LENGUA EXTRANJERA - MINISTERIO DE LA DIASPORA DE ARMENIA 2015
Opinion - Vladimir Martirosian, politólogo
Fin del Juego (Game Over)
22 de Julio de 2025

La Santa Sede y el Patriarcado, estarán llenas y rodeadas tanto por quienes lois defienden como por quienes los atacan.

Si están rodeados de defensores, la Madre Sede y el Patriarcado permanecerán en pie, obligando a los invasores a retirarse. Si están rodeados de atacantes solamente, la Madre Sede y el Patriarcado caerán. Si están rodeados de defensores, esa aventurera concentración de los invasores en el Patio de Echmiadzin podría ni siquiera tener lugar, por el  contrario, no se llevará a cabo, y la Santa Sede se nutrirá y fortalecerá.

Por mucho que los convenzan o les den la impresión de que la caída de la Santa Sede y del Patriarca Supremo es imposible en términos doctrinales, espirituales o normativos, eso no significa que no haya nada que hacer ni que sea imposible. Hay que hacer algo, y ese algo que hacer, se llama resistencia nacional, política y pública a la invasión y al ataque.

La política antieclesiástica de los invasores no es un tema aislado, sino es parte de un plan para desmantelar la resistencia nacional.

Cuando Aliyev habla abiertamente de sus ambiciones para con Syunik, al mismo tiempo Pashinian ataca las posiciones de la Iglesia Apostólica Armenia, intentando convertir el "eje de la identidad nacional" en un "semillero de sacrilegio". Aísla a los santos Bagrat y Michael para romper la línea defensiva activa y frustrar la organización. El encarcelamiento de Samuel Karapetian es una muestra de que si le sucede a los influyentes y adineraros, que pudiera sucederle a la gente común.

Con esta política, genera polarización social, debilitando la consolidación de valores que podría generar una fuerte resistencia civil ante las amenazas externas. Como resultado, la reacción nacional natural, la resistencia a la agresión externa, es reemplazada por la división interna, lo cual claramente favorece la agenda y las demandas de Aliyev.

Para Aliyev, el "Corredor Zangezur" no es un proyecto de infraestructura, sino un arma político-ideológica dirigida a la integridad territorial, la soberanía y la condición de Estado de Armenia. El afirma abiertamente que el llamado "corredor" debería estar fuera del control soberano de Armenia, es decir, ser territorio extraterritorial. Y esa exigencia no es una cuestión de infraestructura, sino parte integral de la doctrina de Aliyev sobre el "Azerbaiyán Occidental".

Aliyev ha aclarado repetidamente su visión político-militar, según la cual la República de Armenia se percibe como un "Azerbaiyán Occidental" histórico. La esencia de este plan es una reivindicación territorial sobre todo el territorio de Armenia. El "Corredor Zangezur" es la primera etapa de este plan: no solo conecta Najicheván con Azerbaiyán, sino que también abre una puerta a una esfera de influencia en expansión dentro de Armenia, con sus intereses militares, económicos, informativos y políticos nacionales.

El gobierno de Pashinian tiene, en esencia, la responsabilidad política directa de legitimar el proyecto del "Corredor Zangezur". El precio es "un tratado de paz como rescate por Pashinian".

El contenido de las negociaciones sobre el corredor ha sido parcialmente ocultado al público y las autoridades armenias han preferido presentar el tema como un "problema de transporte de mercancías y comunicaciones" con soluciones técnicas.

Pashinian está realizando maniobras de distracción en el ámbito político nacional, en particular mediante retórica y acciones antieclesiásticas, para desviar la atención pública hacia un frente secundario, mientras que la verdadera amenaza estratégica proviene de Azerbaiyán. En el proceso, Pashinian desvía conscientemente la atención pública de los peligros esenciales, provocando contradicciones secundarias pero agudas.

Quienes se preparan para invadir la Santa Sede para mantener su poder, han optado por el camino de la distracción pública, al servicio de los intereses azerbaiyanos. Su lucha contra la Iglesia Apostólica Armenia no es más que la destrucción de los pilares básicos de la seguridad del Estado.

De esta manera, la Santa Sede y el Patriarcado, estarán rodeados ya sea por aquellos que protegen los pilares básicos de la seguridad del Estado o por aquellos que los atacan.

Si están rodeados de defensores, la Santa Sede y el Patriarcado permanecerán a salvo, obligando a los invasores a retirarse. Si están rodeados de invasores, la santa Sede y el Patriarcado caerán. Si la Santa Sede cae, Armenia caerá.

FIN DEL JUEGO

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