En un mundo que lucha por obtener energía no rusa en medio de la escalada de tensiones globales, ¿podría una franja de 43 km de territorio armenio convertirse en la jugada maestra de Estados Unidos contra Moscú y Teherán?.
La audaz propuesta estadounidense de arrendar el Corredor Zangezur durante un siglo promete entre 50.000 y 100.000 millones de dólares en flujos comerciales anuales, pero corre el riesgo de desencadenar un nuevo punto de conflicto de la Guerra Fría en el Cáucaso, según Forbes.
Estados Unidos se ha visto envuelto en una arriesgada apuesta diplomática que podría alterar radicalmente los flujos energéticos en Eurasia. Con su ambiciosa propuesta para el Corredor Zangezur, un paso estratégico de 43 kilómetros a través de la provincia armenia de Syunik, Washington pretende romper estancamientos que duran décadas, diversificar el suministro energético de Europa, alejándolo de Rusia, y contrarrestar la creciente influencia de Moscú, Pekín y Teherán en una región de tránsito crucial.
La iniciativa refleja la ambición más amplia de Estados Unidos de explotar un raro vacío de poder en el Cáucaso Sur, una región históricamente dominada por Rusia pero ahora madura para un realineamiento luego del marcado fracaso de Moscú en proteger a su aliado Armenia durante la decisiva ofensiva de Azerbaiyán en septiembre de 2023 en Nagorno-Karabaj.
Realineamiento estratégico en el Cáucaso
La credibilidad de Rusia como garante de la seguridad en el Cáucaso Sur está en ruinas. A pesar de la presencia de las fuerzas de paz rusas establecidas en virtud del acuerdo de alto el fuego de noviembre de 2020, Moscú no intervino cuando Azerbaiyán retomó el control de Nagorno-Karabaj, desplazando a 100.000 armenios étnicos. Esta inacción se percibió en Ereván como una profunda traición, que destruyó la confianza en las garantías de seguridad rusas y catalizó el histórico giro de Armenia hacia el oeste.
Las consecuencias estratégicas han sido rápidas y drásticas. El parlamento armenio aprobó la legislación de adhesión a la UE en abril de 2025, mientras que una carta estratégica de Estados Unidos con Armenia formalizó la creciente alianza. Como señaló el ex subsecretario de Estado estadounidense, James O'Brien : «El futuro construido en torno al eje de Rusia e Irán como actores principales en la seguridad regional es inestable e indeseable, incluso para los gobiernos de Armenia y Azerbaiyán».
Esta alineación occidental crea una apertura sin precedentes para la influencia estadounidense. Las importaciones rusas a la región, que representaban entre el 20 % y el 30 % del comercio regional antes de 2022, ahora enfrentan restricciones impuestas por las sanciones. Mientras tanto, Louis Bono, asesor principal de Estados Unidos para las Negociaciones del Cáucaso, ha presentado propuestas para la supervisión internacional del corredor, basándose en precedentes como el Canal de Panamá y los corredores de Berlín durante la Guerra Fría.
El Premio Económico
Las posibles recompensas económicas son lo suficientemente grandes como para superar las preocupaciones políticas y de seguridad. Los modelos del Banco Mundial sugieren que el corredor podría generar entre 50.000 y 100.000 millones de dólares en valor comercial anual para 2027. Este aumento estaría impulsado por importantes mejoras logísticas: datos de Bloomberg de mayo de 2025 indican que la ruta podría reducir los tiempos de tránsito entre Europa y Asia entre 12 y 15 días en comparación con las rutas existentes.
El retorno de la inversión parece convincente. El Centro de Políticas del Caspio estima costos de infraestructura de entre 3.000 y 5.000 millones de dólares en un período de 5 a 10 años, mientras que los modelos de Oxford Economics proyectan ahorros logísticos anuales de entre 20.000 y 30.000 millones de dólares. Para Azerbaiyán, el Centro de Análisis y Comunicación de Reformas Económicas proyecta que el corredor incrementaría las exportaciones totales en más de 700 millones de dólares e impulsaría el PBI no petrolero en un 2 % anual.
Los flujos de energía subrayan la urgencia. El Corredor de Gas del Sur de Azerbaiyán suministró 12 000 millones de metros cúbicos a Europa en 2023, con un objetivo de 20 000 millones para 2027 en virtud de un memorando de la UE de 2022. Kazajistán planea transportar volúmenes crecientes de petróleo a través de Azerbaiyán, con flujos reales que alcanzaron los 1,2 millones de toneladas entre enero y octubre de 2024, a pesar de los desafíos técnicos que limitan la capacidad.
Para la seguridad energética europea, las implicaciones son profundas. El informe Perspectivas Energéticas Mundiales 2025 de la Agencia Internacional de Energía (AIE) proyecta que Europa necesitará 20 000 millones de metros cúbicos más de gas no ruso para 2030. La normalización de las fronteras entre Armenia y Turquía podría mejorar el acceso a las reservas del Caspio, lo que podría reducir los costos de importación entre un 10 % y un 15 % para empresas como British Petroleum (BP).
La innovación diplomática
El desafío principal reside en posiciones irreconciliables: Azerbaiyán exige un corredor sin obstáculos como dividendos de su victoria militar de 2023, mientras que Armenia se niega rotundamente a ceder la soberanía sobre lo que considera un territorio crítico. La propuesta de "arrendamiento" estadounidense representa un intento creativo de utilizar marcos jurídicos corporativos para sortear este impasse, ofreciendo a Bakú garantías de seguridad y permitiendo a Ereván mantener su soberanía nominal.
Este enfoque se inspira en precedentes históricos donde acuerdos de gobernanza creativos resolvieron disputas aparentemente insolubles. Al igual que el Canal de Panamá bajo administración estadounidense entre 1914 y 1999, el modelo promete facilitar el comercio global a la vez que aborda las preocupaciones de seguridad. Sin embargo, los críticos advierten sobre posibles connotaciones neocoloniales y el riesgo de una reacción adversa a largo plazo.
Los borradores del acuerdo de paz de marzo de 2025 marcaron un avance significativo, al concretarse los términos sobre reconocimiento territorial mutuo, delimitación de fronteras y no uso de la fuerza. Sin embargo, se estancaron en las garantías de transporte y el acceso a enclaves, precisamente donde la propuesta estadounidense busca abrirse camino.
Cálculos geopolíticos y respuestas rivales
El éxito del corredor alteraría radicalmente la dinámica de poder regional, lo que explica por qué las potencias rivales están recalibrando sus estrategias. Irán se enfrenta a la posibilidad de perder entre el 20 % y el 30 % de su papel como punto de tránsito, lo que interrumpiría vías comerciales cruciales, como los 43 000 camiones turcos que transitan anualmente hacia Asia Central. Rusia se enfrenta a posibles pérdidas de ingresos de entre 10 000 y 20 000 millones de dólares en una década y a una erosión del 10 % al 15 % de su influencia en los mercados energéticos europeos.
Conclusión estratégica: El corredor Zangezur representa una prueba decisiva de la capacidad de Estados Unidos para diseñar soluciones que beneficien a todos en regiones en disputa.
China, por su parte, prevé aumentar la eficiencia de la Franja y la Ruta entre 20.000 y 30.000 millones de dólares para 2030 mediante una mejor conectividad. Sin embargo, Pekín debe sopesar estas mejoras ante el riesgo de reducir la dependencia de las rutas controladas por China. El corredor podría posicionar a Turquía como un centro energético crucial con acceso directo a los estados túrquicos, generando potencialmente entre 10.000 y 15.000 millones de dólares en ingresos anuales por tránsito para 2030.
Las grandes empresas energéticas se están posicionando para aprovechar las oportunidades. SOCAR amplía la capacidad de sus oleoductos, mientras que ADNOC explora empresas conjuntas de hidrógeno. BP y Chevron proyectan un aumento de entre 5 y 10 mil millones de dólares en inversiones upstream* gracias a la mayor capacidad de exportación. Sin embargo, el estancamiento político podría inflar los costos del proyecto en un 20%, mientras que los retrasos regulatorios podrían retrasar los plazos más allá de las oportunidades de inversión viables.
La dimensión turca y el reinicio regional
El cálculo estratégico de Turquía complica la ecuación. Ankara explora la distensión kurda mediante diálogos con el PKK, lo que indica un "gran reinicio" que podría estabilizar las fronteras y liberar el potencial económico. Este deshielo diplomático, de tener éxito, podría complementar la iniciativa Zangezur al crear un entorno regional más estable para grandes proyectos de infraestructura.
Las empresas turcas de las provincias del este de Anatolia proyectan un aumento del 310 % en su capacidad de exportación (de 160 millones de dólares a 500 millones de dólares anuales) si el corredor se materializa. Este impulso económico ofrece fuertes incentivos para una colaboración diplomática sostenida, incluso en medio de las sensibilidades políticas internas.
Riesgos y desafíos de implementación
A pesar de los convincentes datos económicos, persisten riesgos significativos. Los observadores asignan un 60 % de probabilidad a un estancamiento en las negociaciones, lo que podría retrasar la implementación entre 12 y 18 meses. Los datos de Lloyd's de junio de 2025 advierten de una volatilidad del 20 % en las materias primas si las negociaciones fracasan, mientras que las primas de seguros podrían dispararse un 20 %.
Armenia ha negado explícitamente cualquier negociación sobre cualquier arrendamiento o transferencia de control territorial. La secretaria de prensa, Nazeli Baghdasarian, afirmó firmemente que «Armenia no ha discutido ni está discutiendo la transferencia del control de su territorio soberano a ningún tercero». Esta resistencia pone de relieve el desafío fundamental que enfrentan los mediadores estadounidenses.
La viabilidad de la supervisión internacional sigue siendo incierta. Los análisis del CSIS** estiman solo un 40-50 % de probabilidad de éxito, incluso con las garantías de la ONU, vulnerable a los vetos armenios ante la percepción de una vulneración de su soberanía. El éxito del modelo depende de que se aborden las principales preocupaciones de seguridad, manteniendo al mismo tiempo una legitimidad internacional suficiente.
Implicaciones estratégicas
Más que un proyecto de desarrollo de infraestructura, la iniciativa Zangezur representa una prueba más amplia de la creatividad diplomática estadounidense en un mundo cada vez más multipolar. El éxito demostraría la capacidad de Washington para forjar soluciones que contrarresten la influencia rival, a la vez que sirven a intereses económicos tangibles. El fracaso podría indicar una menor capacidad de Estados Unidos para influir en los resultados en regiones en disputa.
Para los aliados europeos, el corredor ofrece una vía hacia una auténtica diversificación energética. El ahorro energético de la UE podría alcanzar los 20 000-30 000 millones de dólares para 2030, lo que impulsaría la transición hacia cero emisiones netas y reduciría la dependencia de proveedores autoritarios. Estos avances explican por qué las capitales europeas apoyan discretamente la iniciativa estadounidense a pesar de la cautela pública sobre las tensiones regionales.
El proyecto también pone a prueba si los incentivos económicos pueden superar los agravios históricos. El posible acceso de Armenia a 2.500 millones de dólares en fondos de desarrollo de la UE crea poderosos incentivos para llegar a acuerdos, pero solo si se consideran adecuadamente las cuestiones de soberanía.
El camino a seguir
Para 2027, una implementación exitosa podría generar entre 20 000 y 50 000 millones de dólares en flujos comerciales anuales gracias a la mejora de la capacidad del Corredor Medio. El Banco Mundial estima una capacidad potencial de carga de 11 millones de toneladas, lo que transformaría radicalmente la logística euroasiática. Sin embargo, este objetivo depende de que se aborden las sensibilidades armenias y se mantenga el apoyo internacional.
Los líderes corporativos aún deben protegerse contra las incertidumbres de Zangezur mediante estrategias diversificadas, captando ganancias potenciales del 10 al 15 % mediante alianzas entre Azerbaiyán y Turquía, a la vez que se preparan para contingencias ante un posible fracaso diplomático. Las empresas deberían colaborar activamente con mediadores estadounidenses para ayudar a gestionar los riesgos de soberanía y, al mismo tiempo, prepararse para un éxito eventual.
La propuesta Zangezur, liderada por Estados Unidos, conlleva grandes riesgos en un mundo donde la competencia entre grandes potencias condiciona cada vez más los resultados regionales. El éxito depende de abordar las legítimas preocupaciones sobre la soberanía, a la vez que se libera el potencial económico transformador, poniendo a prueba si la innovación diplomática estadounidense aún puede transformar el orden global.
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Foto de portada: Tom Barrack, el embajador de Estados Unidos en Turquía
* upstream, se refiere a todas las actividades relacionadas con la exploración y producción de petróleo y gas natural.
**CSIS, Center for Strategic and International Studies, es una organización no partidista que realiza estudios y análisis de cuestiones políticas, económicas y de seguridad en todo el mundo.