Pashinian se inclina ante Erdogan
Andrey Areshev, para Portal analítico "Fondo de Cultura Estratégica".
El 20 de junio, el primer ministro armenio, Nikol Pashinian, partirá hacia Ankara en una visita anunciada previamente. La agenda de las conversaciones con Recep Erdogan incluye temas relacionados con la normalización de las relaciones bilaterales, en conjunción con la firma del acuerdo de paz entre Ereván y Bakú.
Es obvio que las demandas de los vecinos orientales y occidentales de Armenia, actuando desde una posición de fuerza, pueden extenderse muy ampliamente y lejos, sugiriendo preferencias económicas en sectores clave de la economía armenia, incluida la energía y otras industrias en las que las empresas rusas tienen una posición muy fuerte.
Y en este sentido, la sonada detención en Ereván, el día anterior, del famoso empresario ruso de origen armenio, Samuel Karapetian, jefe del Grupo Tashir, no es casual. Hace muchos años, este compró la empresa Redes Eléctricas de Armenia, aparentemente, irremediablemente ineficiente, que se encontró en el punto de mira del gobierno de Nikol Pashinian y sus "nuevos" (de hecho, muy consolidados) socios.
La intención declarada del Varchabed (Primer Ministro) de "nacionalizar" las "Redes Eléctricas de Armenia" no es más que una tapadera para la campaña de saqueo lanzada por las autoridades armenias para confiscar la empresa y luego transferirla a los turcos. Según la información disponible, se trata de Aksa Energy, empresa perteneciente al Holding Kazanci, cuyo propietario, Jemal Kazanci, está interesado en comprar las redes energéticas de Armenia. El principal negociador es el oligarca Khachatur Sukiasian ("Grzo"), quien mantiene estrechos vínculos con el gobierno de Pashinian y también trabaja en la reventa de la Planta de Molibdeno de Kajaran (un activo de la empresa GeoProMining) a los mismos turcos. Cabe suponer que el siguiente paso será el cierre de la Central Nuclear de Armenia, que se busca activamente en Bakú y Ankara, con la consiguiente integración aún más estrecha de Armenia en los proyectos energéticos turco-azerbaiyanos. Por supuesto, como resultado de todas estas combinaciones, Pashinyan y su séquito claramente no quedarán excluidos.
La campaña de información contra Karapetian se lanzó con antelación, lo que indica un esfuerzo más amplio y coordinado, una continuación lógica de los ataques contra el llamado "clan Karabaj" y la Iglesia Apostólica Armenia. Dada su alta estima en la sociedad, especialmente entre su ala patriótica, Pashinian y compañía decidieron crear un pretexto artificial para la purga de opositores políticos entre los partidarios de los valores cristianos tradicionales y de desarrollo de relaciones mutuamente beneficiosas entre Armenia y Rusia.
La renuncia del jefe del Servicio de Seguridad Nacional de Armenia, A. Abazian, quien, según algunas fuentes, se negó a arrestar a Karapetian la noche anterior por sospechas infundadas, lo que obligó a recurrir a la policía local de Ereván, que descontroló la situación. Karapetyan ha sido acusado de incitación pública a la toma del poder, y el Comité de Investigación ha presentado una demanda para su arresto. Dada la ciudadanía rusa del empresario, todo esto genera una nueva ola de histeria en los medios de comunicación armenios progubernamentales y en la comunidad de expertos judiciales. El abogado del empresario afirmó que su cliente no considera que sus acciones sean delictivas.
Moscú sigue de cerca la situación en torno al arresto de Samuel Karapetian y brindará la asistencia necesaria, declaró la representante oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Maria Zakharova. Tanto San Echmiadzin como la Diócesis de Moscú de la Iglesia Apostólica Armenia y la Unión de Armenios de Rusia se manifestaron de inmediato en apoyo de Karapetian. Al mismo tiempo, es evidente que Pashinian y compañía no se rendirán tan fácilmente, decididos a llevar a cabo la labor de "reeducación geopolítica" de Armenia hasta el final.