El constitucionalista Vahe Grigorian escribe:
La verdad está enterrada entre la mentira y lo patético.
1) Es evidente que, según el reglamento interno de la Iglesia Apostólica Armenia, sí existe un requisito de celibato, ningún clérigo puede violarlo, y en caso de violación, la propia iglesia debe actuar, ya que se trata de su disciplina interna. Se prohíbe la injerencia externa, especialmente del Estado, dado que se trata de una organización religiosa cuyas actividades, incluída su independencia, están garantizadas por la Constitución.
2) Es obvio que incluso si el requisito del celibato ha sido violado, entonces Nikol Pashinian y otros lo saben desde hace mucho tiempo, pero sólo hablan de ello ahora, porque lo necesitan ahora, por lo tanto, escondiéndose bajo el disfraz de la humildad y la fe cristianas está el fariseísmo (actitud hipócrita).
3) Evidentemente, los datos sobre la supuesta violación del requisito de celibato se obtuvieron como resultado de un supuesto tratamiento ilícito de datos personales, lo que constituye un delito.
4) El Estado y cualquier funcionario estatal no pueden participar en la elección del Katolikós, ni tener voto durante esa elección; de lo contrario, la Iglesia, debería tener un voto decisivo durante las elecciones para el Primer Ministro o la Asamblea Nacional.
5) Independientemente de las opiniones religiosas y espirituales de una persona o la falta de ellas, todos deben respetar a la Santa Iglesia Apostólica Armenia como institución nacional y ese respeto debe abstenerse de utilizar un discurso ofensivo y de odio hacia el clero, especialmente cuando dicho discurso lo utiliza un funcionario estatal.
Y, si mi opinión personal resulta interesante, entonces, considerando el origen del requisito del celibato en las relaciones legales de la iglesia armenia, se trata de una costumbre impuesta desde el siglo V, cuyo verdadero objetivo era prevenir la influencia de la dinastía de los Iluminadores y, posteriormente, la reconstrucción del estado nacional a través de la iglesia.
Desde Gregorio el Iluminador hasta su heredero, Sahak Bartev, los Katolikós se casaron y tuvieron hijos.
Y, si mi opinión personal resulta interesante, me gustaría aportar que el celibato se impuso en el siglo V para prevenir la influencia de los iluminadores, y a posteriori la reconstrucción del Estado Nacional a través de la Iglesia. Cabe destacar que desde San Gregorio el Iluminador hasta su heredero Sahag Bartev, los Katolikós se casaron y tuvieron hijos.
En cuanto a las relaciones Iglesia-Estado, debe excluirse la interferencia del Estado en los asuntos internos de la Iglesia, pero la Iglesia debería estar representada en la Asamblea Nacional por un clérigo-diputado como garantía de la continuidad de la misión exclusiva de la Iglesia nacional.
Especialmente aquellos que se oponen a esta última idea, por alguna razón, encuentran muy aceptable que el Vaticano sea un estado separado.