El ex primer ministro de Armenia Vazgen Manukian escribe:
Declaración del Partido NDU (Unión Democrática Nacional) sobre los acontecimientos recientes:
Saludamos la conferencia internacional "Libertad religiosa: preservación del Patrimonio espiritual, cultural e histórico armenio en Artsaj / Nagorno-Karabaj", celebrada en Berna por el Consejo Mundial de Iglesias por iniciativa del Katolikós todos los Armenios.
Es muy natural que Su Santidad, como líder espiritual del pueblo armenio, asuma la responsabilidad del patrimonio espiritual y cultural de Artsaj y de los derechos de los armenios de Artsaj, segmento desfavorecido del pueblo, .
Estas cuestiones no son sólo de ámbito nacional, sino que también son de gran importancia desde la perspectiva del derecho internacional humanitario. Y no es coincidencia que la declaración emitida como resultado de la Conferencia de Berna, enfatizó el derecho de los pueblos desplazados por la fuerza a regresar a sus tierras ancestrales en condiciones de seguridad, dignidad y libres de discriminación. También se señala: "El patrimonio de Artsaj/Nagorno-Karabaj no pertenece sólo al pueblo armenio, sino a toda la humanidad, y protegerlo es nuestra responsabilidad colectiva".
Consideramos absolutamente inaceptables las declaraciones de Allahshukur Pashazade, presidente de la Junta de Musulmanes del Cáucaso, dirigidas a la Iglesia Apostólica Armenia y a su líder espiritual.
Es algo sin precedentes en el mundo actual que el líder de una organización religiosa haga tales acusaciones contra otra organización religiosa, sembrando animosidad y odio religioso y nacional.
Si se quiere destruir un Estado y un pueblo, la destrucción espiritual es más importante que la física: la cultura, la educación, la historia, la religión.
El actual gobierno de Armenia, continuando con sus actividades antiarmenias, ha lanzado una nueva campaña contra la Iglesia. Una de las razones es que, habiendo perdido finalmente su autoridad y estando en peligro de perder el poder, este gobierno está tratando de destruir toda autoridad. Y la Iglesia Apostólica Armenia, como estructura espiritual milenaria, tiene un significado y una autoridad excepcional en la vida del pueblo armenio.
“La situación actual exige que cada uno de nosotros, una nuestras fuerzas en torno a nuestros problemas y objetivos nacionales y estatales, para superar los difíciles desafíos que enfrentan el Estado y el pueblo, para resolver estos problemas y alcanzar los objetivos planteados”.