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Sábado 17 de Mayo - Buenos Aires - Argentina
PREMIO MEJOR MEDIO DE PRENSA PUBLICADO EN LENGUA EXTRANJERA - MINISTERIO DE LA DIASPORA DE ARMENIA 2015
Opinion - Suren Sargsian, investigador, analista y experto en política exterior estadounidense.
¿Armenia cambiará su enfoque al final de los primeros 100 días de Trump?
14 de Mayo de 2025

El 20 de enero de 2024, la investidura de Donald Trump como el 47º presidente de Estados Unidos, lo vio revocar inmediatamente varias órdenes ejecutivas de Joe Biden. Esto marcó el inicio de un nuevo mandato presidencial que se preveía que divergiera significativamente de las políticas de su predecesor, Joe Biden.

Armenia, al igual que muchas naciones, estaba preocupada por las posibles diferencias entre el segundo mandato de Trump, no solo con la administración Biden, sino también con su propio primer mandato, que se caracterizó por un mínimo compromiso con Armenia y un desarrollo limitado de las relaciones armenio-estadounidenses.

Comprender la dinámica actual, requiere examinar la naturaleza y el alcance de las interacciones entre la administración Trump y el gobierno armenio.

En los últimos ocho años, el primer ministro armenio solo ha tenido una interacción directa con un presidente estadounidense en ejercicio (sin contar la presentación del primer ministro armenio, Nikol Pashinian a Trump, por parte del presidente francés, Emmanuel Macron), que fue una llamada telefónica protocolaria para felicitar a Trump por su victoria electoral. Sin embargo, esto no puede considerarse un indicador sólido de la relación, especialmente porque no ha habido otra comunicación con el presidente Trump, ni siquiera durante la visita de Pashinian a Washington. Decenas de líderes mundiales mantuvieron llamadas telefónicas protocolares similares con Trump para felicitarlo, convirtiéndolo en un gesto diplomático estándar.

Por lo tanto, comprender la trayectoria futura de la relación y el enfoque de la administración Trump hacia Armenia se convirtió en un asunto de vital importancia para las autoridades armenias. Esto era especialmente urgente considerando que la administración saliente de Biden había firmado una Carta de Asociación Estratégica entre Estados Unidos y Armenia. Armenia necesitaba determinar cómo proceder con la administración Trump en ese contexto.

Del 3 al 7 de febrero de 2025, Pashinyan visitó Washington. El motivo oficial de la visita fue participar en la Cumbre Internacional de Libertad Religiosa y el Desayuno Nacional de Oración, eventos anuales que se celebran en la capital estadounidense. En realidad, la parte armenia buscaba aclarar varios asuntos clave, como la posible participación de Estados Unidos en las negociaciones armenias y azerbaiyanas, así como entre Armenia y Turquía, y si la administración Trump apoyaría la iniciativa "Encrucijada de Paz" de Pashinian.

Estas preguntas, idealmente, requerían respuestas del propio presidente Trump o de altos cargos, como el secretario de Estado, el asesor de seguridad nacional o el secretario de Defensa. Lamentablemente, no se celebraron tales reuniones. En cambio, Pashinian se reunió con varios centros de estudios e instituciones políticas estadounidenses, con el objetivo de transmitir indirectamente su agenda de paz y las prioridades de la política exterior de Armenia a los líderes estadounidenses.

Si bien los think tanks pueden influir en la política exterior estadounidense, no sustituyen la intervención directa del ejecutivo. Pashinian visitó el Atlantic Council, donde habló sobre las relaciones entre Armenia y Azerbaiyán y entre Armenia y Turquía. Pashinian también visitó la Universidad de Georgetown, el Instituto Republicano Internacional (IRI) y la Fundación Heritage, donde reiteró su agenda de paz. En la Cumbre Internacional sobre Libertad Religiosa, declaró: «Esperamos transformar nuestras disputas regionales en un diálogo regional, y la libertad religiosa es una de las herramientas que pueden contribuir a que esto se haga realidad». Cabe destacar que no mencionó la continua destrucción del patrimonio cristiano armenio por parte de Azerbaiyán en Nagorno-Karabaj, una omisión que generó críticas dada la relevancia del tema.

Durante su visita, Pashinian también se reunió con varios miembros del Senado y la Cámara de Representantes de EE. UU., para hablar sobre la iniciativa "Encrucijada de Paz" y la alianza estratégica con Estados Unidos. Sin embargo, no se reunió con el presidente de la Cámara ni con el líder de la mayoría del Senado.

El último día de la visita, Pashinian se reunió con el vicepresidente estadounidense, J. D. Vance. Posteriormente admitió que fue una reunión de "último minuto" con un protocolo mínimo. Si bien tiene importancia simbólica, la vicepresidencia tiene un poder formal limitado en asuntos exteriores, lo que hace que la reunión sea más protocolaria que sustancial. En general, la visita pareció inoportuna - el gabinete de Trump aún no estaba completamente formado - y mal coordinada en cuanto a mensajes y objetivos. No logró resultados diplomáticos sustanciales.

La siguiente interacción de alto nivel de Pashinian con la administración estadounidense se produjo mediante una llamada telefónica con el secretario de Estado, Marco Rubio, durante la cual abordaron la alianza estratégica entre Estados Unidos y Armenia y asuntos regionales, incluido el tratado de paz entre Armenia y Azerbaiyán. Pashinian reiteró que el tratado está listo para ser firmado. Esta llamada se produjo tras la declaración pública de Rubio titulada "Ahora es el momento de la paz entre Armenia y Azerbaiyán", en la que acogió con satisfacción el proceso de paz e instó a la ratificación del acuerdo. La declaración formó parte de una campaña diplomática apoyada por 58 países. Sin embargo, esta iniciativa, impulsada principalmente por Armenia, no logró disuadir nuevas agresiones azerbaiyanas, lo que pone en duda su eficacia.

Un acontecimiento menos publicitado fue la visita a Washington del 7 al 11 de abril de la ministra de Justicia de Armenia, Srbouhi Galian, para asistir a la Conferencia Internacional Anticorrupción. El 9 de abril, ella y la embajadora de Armenia, Lilit Makunts, visitaron el Departamento de Estado y se reunieron con Louis Bono, asesor principal para las Negociaciones del Cáucaso. El gobierno armenio no divulgó esta reunión, aunque se registró en el sitio web del Departamento de Estado.

Uno de los acontecimientos más simbólicos durante los primeros 100 días de Trump fue la declaración de la Casa Blanca emitida el 24 de abril, Día de Conmemoración del Genocidio Armenio. El presidente Biden fue el primer presidente estadounidense (aparte de Reagan) en usar la palabra "genocidio" para describir los sucesos de 1915. Trump, en cambio, volvió a usar "Meds Yeghern" ("Gran Calamidad") y evitó por completo el término "genocidio". El lenguaje de la declaración fue vago y cauteloso, lo que indica un cambio de tono bajo la nueva administración.

Frustrado por la falta de una interacción significativa, el gobierno armenio recurrió a métodos alternativos para influir en la política estadounidense. La embajada armenia firmó un contrato con una firma profesional de lobby con tres objetivos: defender al "cliente" ante el Congreso y la administración; impulsar la cooperación económica, comercial, de inversión y tecnológica; y destacar la importancia estratégica de Armenia como socio clave de Estados Unidos en el Cáucaso Sur. El contrato, de un año de duración, del 1 de abril de 2025 al 31 de marzo de 2026, costará al estado armenio 50.000 dólares mensuales.

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