Ruben Vardanian, ex ministro de Estado de Artsaj, detenido ilegalmente en Azerbaiyán, ha transmitido a su familia, a través de llamadas telefónicas y cartas, siete axiomas importantes que guían su vida. Ha pedido que se hagan públicos para que la gente también pueda reflexionar sobre ellos.

Un filósofo indio dijo que la ignorancia no tiene principio, pero sí un fin. La iluminación tiene un principio, pero nunca termina. Así que deberíamos ir tras el significado, no la palabra. No detrás del maestro sino después de la enseñanza.

A lo largo de mi vida he descubierto y aceptado siete axiomas. Leyes que para mí no requieren prueba. Los cuales se han convertido en el pilar sobre el cual me apoyo y edifico mi casa. Gracias a esos axiomas, lo construyo sobre piedra, no sobre arena. Como enseñó Jesús en el Sermón del Monte.

Durante siglos, los sabios y profetas han intentado repetidamente transmitirnos estos pensamientos, en diferentes idiomas, con diferentes palabras, símbolos, acciones y reglas. A mis incompletos 57 años de edad, los comprendí. Lo entendí después de largas búsquedas, reflexiones, discusiones y discusiones conmigo mismo, con mis maestros y amigos cercanos.

Mi propia experiencia me ha convencido una y otra vez de que no es posible aprender algo simplemente leyendo libros inteligentes y memorizándolos. A veces volvía al mismo libro diez veces sólo para comprender una idea. Para entender el significado, no las palabras en cuyas notas al pie estaba oculto.

Sólo haciendo pasar estos libros y pensamientos a través de ti, incorporándolos a tu cosmovisión y experiencia, haciéndolos tu esencia, el estado natural de tu vida cotidiana, puedes lograr que se conviertan en la base sobre la que todo se construye, los que tienes en cuenta a la hora de tomar cualquier decisión en la vida. Los axiomas a los que se llega a lo largo de ese camino no se pueden cambiar.

Cada uno puede tener sus propios axiomas. No existe ni puede existir ninguna restricción o prohibición para esto y no se necesitan permisos o aprobaciones especiales para ello. Incluso una persona que no sabe leer ni escribir puede hacerlo si realmente lo desea. Y encontrará su camino.

No se necesitan grandes recursos para crear algo significativo y brillante. Todo está dentro. Cuando tienes algo que decir, siempre encontrarás una manera y un medio para expresarlo, como Garry Bardin, quien creó su brillante fábula animada "Adagio" únicamente con papel. No tenía nada más que sus pensamientos, que transmitía a través de ese sencillo medio. Y esa película fue elogiada por el Vaticano y galardonada con un premio ecuménico. Porque primero nace la idea, luego llega el reconocimiento. Hoy en día, a menudo todo es al revés y esa es precisamente la principal crisis de nuestros tiempos.

Axioma primero

Las personas en el mundo no se distinguen por color de piel, género, nacionalidad o religión. Ni siquiera se dividen en buenos y malos. En cada uno de nosotros hay algo bueno y algo malo. La gente difiere en su fe. Los que creen en la existencia de Dios y los que no. Aquellos que dudan, aquellos que vacilan, aquellos que eligen otros ídolos para sí mismos.

Los primeros sabemos, creemos y vivimos con la conciencia de que seremos responsables ante Dios de todo lo que hacemos, decimos y pensamos. No será posible culpar a nadie por nuestros errores, malos pensamientos y acciones. Y los segundos adoran al becerro de oro, el poder, el reconocimiento, el placer y tratan de sentarse en dos sillas al mismo tiempo. La chispa divina interior se ha apagado en ellos y se han vuelto indiferentes a todo.

Axioma dos

Lo más cercano a la eternidad es el momento. Debemos estar agradecidos a Dios por el día de hoy, estar preparados para la muerte en cualquier momento, vivir el momento presente: esta es la vida real. Debemos respetar y conocer el pasado, mirar con optimismo el futuro, pero vivir el presente.

Axioma tres

Energía, poder, es lo que recibimos del mundo que nos rodea, del universo: a través del oxígeno, del agua, de la comida, del sueño, del contacto con el mundo, a través de nuestras acciones, palabras y pensamientos. Damos o gastamos parte de esa energía para mantener nuestros cuerpos saludables para que la chispa Divina dentro de nosotros no se apague. Pero también lo gastamos en digerir alimentos, satisfacer nuestros deseos o simplemente vivir una vida vacía, una rutina sin sentido y ruido externo.

Reunir energía, fuerza y ​​entusiasmo, acumularlo y transmitirlo al mundo es el sentido de nuestra existencia. Es un trabajo complejo y minucioso que debe realizarse siempre con mucho cuidado, para no dañarnos a nosotros mismos ni al mundo y para mantener un equilibrio energético positivo dentro de nosotros.

Axioma cuatro

La luz es vida. Dijo Dios: "Sea la luz". Al iluminar tanto nuestro propio camino como el de los demás, nos asemejamos un hilo eléctrico: delgado, frágil y capaz de consumirse instantáneamente. Por eso, es importante mantener ese equilibrio de tal manera que iluminemos no sólo a nosotros mismos, sino también a quienes nos rodean. No acumular nada innecesario, no hacernos esclavos de nuestros deseos, no quedarnos en un solo lado: espiritual o material. Al elegir un camino intermedio, podemos iluminar el camino de los demás sin alterar el delicado y dinámico equilibrio de nuestro vasto mundo, que al mismo tiempo conocemos y desconocemos.

Axioma cinco

La bondad es para nosotros como el aire, como el agua para el pez. No nos damos cuenta y pensamos que así debería ser, y nos sentimos muy decepcionados cuando algo no sucede así.

El bien es eterno e inmortal. Se fortalece cuando hacemos una buena acción sin esperar nada a cambio, de forma anónima, a veces sin siquiera saber a quién estamos ayudando. El bien no es una inversión. Sé agradecido, no devuelvas el favor a quien te lo ha hecho por sentido del deber, sino pásalo como un bastón de relevo. Volverá tanto a quienes te hicieron el bien como a ti. No le niegues nada a nadie, ayuda y comparte todo lo que tienes. Todo volverá.

Axioma Seis

El cielo es cuando renuncias a tus deseos, miedos y emociones y te entregas completamente y con toda tu energía a hacer el bien e iluminar a los demás. Es como una radiación invisible que nos rodea. Si se acaba, si no mantenemos ese equilibrio, el mundo desaparecerá. El riesgo principal no es el agujero de ozono, sino la desaparición de la bondad y de la luz. Entonces, el cielo no se trata de ti. Se trata de entregarse completamente a los demás y luego regresar en paz a la Eternidad. Eso es la felicidad.

Axioma Siete

La felicidad comienza y termina dentro de nosotros. El entorno externo no juega ningún papel. He sido feliz tanto en una isla lujosa en el Océano Índico, donde solo estábamos nosotros, mi familia y el personal de servicio, como en una celda aquí, donde no hay nada más que tres vasos de agua al día. La felicidad solo está dentro de nosotros. 

*************

La felicidad, la eternidad, la energía, la luz y la bondad: estos son mis pilares. Compartí estos pensamientos con ustedes para que puedan reflexionar sobre ellos. Para que puedan discutir conmigo y con ustedes mismos. Y lo principal es dedicar tiempo a tu alma, no al dinero, no a los placeres, en este mundo loco de la vida cotidiana y la rutina. Sigue experimentando la vida, sigue sonriendo y vive la vida al máximo.

"Rubén"