Tras la firma del Tratado de Cooperación Estratégica entre Irán y Rusia, el 17 de enero de 2025, el presidente iraní Masoud Pezeshkian, anunció que las partes habían llegado a un acuerdo para transportar 55 mil millones de metros cúbicos de gas ruso, anualmente a Irán a través de Azerbaiyán.
Aunque el Tratado firmado entre los dos países al más alto nivel en Moscú, no se refiere en detalle al proyecto mencionado, el acuerdo alcanzado sobre la construcción del gasoducto encaja perfectamente en la lógica del acuerdo de cooperación energética contenido en el artículo 22 del Tratado.
Aunque Azerbaiyán aún no ha respondido a esa declaración hecha en Moscú, no es difícil adivinar que la cuestión fue acordada previamente con la parte azerbaiyana.
Según el ministro de Energía ruso , Serguéi Tsivilev , la ruta del gasoducto ya está acordada, pero las negociaciones sobre el precio todavía continúan.
Tras el inicio de la guerra en Ucrania, debido a las severas sanciones occidentales y a las represalias de Ucrania, como la explosión del gasoducto Nord Stream que suministraba gas ruso a Alemania, Rusia perdió su capacidad de exportar gas a Europa. Como resultado de la cancelación del acuerdo bilateral de exportación de gas entre Rusia y Ucrania, Moscú se encontró en una situación difícil en el mercado energético, particularmente en el ámbito de las ventas de gas.
En tal situación, los rusos están tratando de encontrar nuevas formas de exportar su propio gas para restablecer sus fuentes de ingresos.
Antes de la guerra, Rusia temía que si dependía de Irán para las exportaciones de gas, perdería el lucrativo mercado europeo de exportación de gas, que ascendía a 400 millones de metros cúbicos por día.
Debido a la prolongada guerra y a la pesada carga de las sanciones, los rusos se vieron obligados a proponer la idea de tender un gasoducto a través del mar Caspio. Sin embargo, Moscú no tenía la capacidad técnica necesaria. Para implementar este plan, no se dispone de los recursos financieros necesarios para que el proyecto se haga realidad en condiciones de guerra. Como resultado, este programa sigue siendo un proyecto en papel.
Durante la visita de Putin a Bakú, los presidentes de Rusia y Azerbaiyán discutieron la cuestión de la exportación de gas ruso a Irán a través de Azerbaiyán. Tal acuerdo se alcanzó en condiciones en las que los países que habían decidido no comprar gas a Rusia o incluso se mostraban reacios a hacerlo, hacían la vista gorda ante el hecho de que Azerbaiyán suministrara una parte del gas ruso mediante un método de swap (SWAP).
Los expertos iraníes tienen serias preocupaciones sobre la elección de la ruta para el gasoducto de Rusia a Irán que pasa por territorio azerbaiyano.
Incluso si no se tienen en cuenta los problemas técnicos del gasoducto, sobre los cuales no hay escasez de conclusiones profesionales, los comentaristas políticos recomiendan tener en cuenta las relaciones de Israel con Azerbaiyán y los vínculos cada vez más amplios en el campo de la seguridad energética
Los expertos también aconsejan a los líderes políticos de Irán que tengan en cuenta las relaciones competitivas de Irán y Azerbaiyán en el tema de la exportación de gas y el deseo de Bakú de convertirse en un CENTRO regional de gas, así como las aspiraciones expansionistas del tándem turco-azerbaiyano con respecto a Irán y la atmósfera hostil creada en las relaciones bilaterales, principalmente debido a las declaraciones desequilibradas de Aliyev
Por lo tanto, parece ilógico que Irán condicione su seguridad energética a un país que es aliado de Israel y mantiene relaciones competitivas en materia de seguridad del gas.
¿Cuál es la opción más óptima ?
Teniendo en cuenta lo anterior, algunos analistas iraníes están convencidos de que el gasoducto ruso hacia Irán debería tenderse a través de los territorios de Georgia y Armenia, quizás porque esta ruta es 40 kilómetros más corta. Además, el deseo de Irán de convertirse en un un país de tránsito de gas a través de Azerbaiyán será neutralizado por las iniciativas de la parte Azerbaiyana.
No se puede descartar que Bakú, postergue infinitamente las negociaciones con Teherán, para privar gradualmente a Irán de su papel dominante en los mercados regionales.