Mi maestro, editor en jefe, Doctor Emérito de la Universidad de Columbia, Gersam Aharonian, siguiendo giros geopolíticos inesperados, tenía la costumbre de decir: "seguiremos siendo estudiantes de historia". Estoy seguro de que repetiría lo mismo en estos días, viendo el derrocamiento del régimen de Assad de 50 años, el colapso del gobierno de 24 años del presidente Bashar Assad y la huida de su familia a Moscú después del colapso del gobierno.
¿Sabía o sentía Bashar que algún día terminaría su poder inquebrantable, el enriquecimiento de su familia, y como preparación para ello, hace 5 años, según el periódico Financial Times, compró 18 lujosos departamentos en la capital de Rusia y sus acumulaciones financieras, según un informe presentado al Congreso de Estados Unidos en 2022, alcanzaron entre 1.000 y 2.000 millones de dólares, como testificó la BBC días pasados?.
Estos días, la prensa internacional está repleta de testimonios sobre esto, entre elloscabe destacar el informe del Secretario de Estado, Mike Pompeo, al Congreso en 2022 sobre los asuntos financieros y económicos de la familia Assad: lavado de dinero, fraude Offshore, empresas privadas encubiertas por el estado, recaudación de fondos e inversiones dudosas, etc.. Es de destacar que la coordinadora y gerente era la esposa de Bashar, una señora de origen anglo-sirio, nacida y educada en Londres, Asma Assad, cuyo principal rival era el primo de Bashar, el famoso oligarca Rami Makhlouf, con la cooperación de empresarios de la comunidad alauita, una minoría que sigue la religión chiita, que vale decir, es muy amigable con nuestros armenios, y que ha gobernado durante casi 50 años, a pesar de la mayoría sunita, bajo el liderazgo del régimen de Assad.
Los analistas han explicado exhaustivamente las razones de la desintegración del Estado sirio y sus consecuencias en el futuro previsible, por lo que no es necesario profundizar en ellas. Sin embargo, es necesario enfatizar una vez más que Assad no pudo escapar de las garras de una comunidad, ni los alauitas, ni un partido, el baazismo pudieron evitar el colapso del País, del Estado.
Las masacres de disidentes, periodistas, militares experimentados que han pasado por tres guerras, pilotos experimentados, activistas de otros partidos y figuras religiosas de la comunidad sunita, los Hermanos musulmanes (Ahuan Muslimin), así como la podredumbre interna, la corrupción, el saqueo, la codicia del presidente y su esposa, su dinastía y la élite del estado en general, la hambruna, la amenaza militar y de espionaje de Israel desde 1967, el ejército que no ha podido modernizar desde la Primera Guerra Mundial y después de 2011, la invasión turca y la anexión de las regiones del Norte, el despliegue de un gran número de mercenarios en estos territorios, desconcertando los pasos posteriores de los estadounidenses en las áreas pobladas locales y kurdas del vecino Irak, agotó aún más, privó al ejército nacional de fuerzas y sucedió lo que estaba por suceder, de acuerdo con planes preestablecidos.
El lector atento ciertamente notará, tal vez en paralelo, dejando de lado la escala y las circunstancias, las razones de la vulnerabilidad de los Estados de Siria y Armenia ante los actores externos grandes y pequeños, incluso dando la espalda a países amigos y aliados.
Siria, considerada la segunda patria de nuestros amigos armenios, es un libro abierto para todos nosotros con su trágico estado actual.