El anuncio de la derrota en el campo de batalla ha potenciado en Uruguay los esfuerzos para lograr el reconocimiento de la República de Artsaj, como forma de asegurar la vida de sus habitantes y evitar un nuevo genocidio.

El asunto se encuentra instalado en el ámbito político, educativo, en los medios de comunicación y sociedad en general.

Desde “la heroica” Paysandú llegaron las primeras noticias. Durante la guerra, el departamento del litoral, en donde viven muy pocos armenios, fue, mediante su órgano legislativo, “Junta Departamental” el primer ámbito político, elegido mediante voto popular directo, en votar una resolución, reconociendo a Artsaj como una república independiente y exhortando a imitar ese ejemplo por otros organismos.

Tras el anuncio del cese al fuego, el Parlamento de Montevideo, departamento que incluye a la capital del país, votó por unanimidad una resolución que no solo reconoce la independencia de Artsaj, sino además, cuestiona al cese al fuego y la entrega de territorios como resultado del uso de fuerza ilegal y condena a Turquía por su participación en la guerra.

Recientemente, se ha sumado a esta cadena con una resolución en el mismo sentido, el departamento de Flores.

Si bien sabemos que el objetivo fundamental es el reconocimiento a nivel del gobierno central, estas resoluciones de organismos locales van abonando el camino para la concreción del anhelado logro.

La diplomacia de Turquía y de Azerbaiyán en forma concatenada, acusaron el golpe y han manifestado su malestar oficial a los responsables de las mencionadas resoluciones que ya son inapelables.

Por ahora, son 3 resoluciones oficiales. Y no son casuales. Sino son el fruto de una política de estado de Uruguay en favor de la defensa de los derechos del pueblo armenio.

Los representantes de la colectividad se han reunido con el Ministro de Relaciones Exteriores Embajador Francisco Bustillo y junto al Arzobispo Primado de la Iglesia Apostólica Armenia Monseñor Hakob Kellendjian y la Cónsul de Armenia Lic. Alicia Aprahamian fueron recibidos en la comisión de asuntos internacionales del Parlamento para analizar el tan sensible asunto para los armenios.

En el paraninfo de la Universidad de la República tuvo lugar días atrás una conferencia internacional con la participación de catedráticos de la Universidad Estatal de Erevan y de la academia Uruguaya generándose un ámbito para investigar el conflicto y priorizar la paz, los derechos humanos y la autodeterminación de los pueblos.

Al igual que en 1965, cuando fue el primer país del mundo que reconoció el genocidio armenio, en esta nueva instancia crucial para los armenios, Uruguay está llamado a demostrar su coraje y vocación de humanismo.

El rumbo está marcado y la decisión en manos de nuestro presidente.

La Justicia tarda pero llega.

DIEGO KARAMANUKIAN