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Opinion - Emily Schrader- The Jerusalem Post
Biden quiere enmendar errores pasados
06 de Abril de 2021

La administración Biden reconocería el Genocidio Armenio, decisión por parte de los Estados Unidos que ha permanecido en espera por muchísimo tiempo. 

En forma inexcusable, Israel y otras naciones han callado, inclusive rechazado, en reconocer el Genocidio Armenio cometido por los turcos otomanos en 1915 contra los armenios cristianos.

El único antecedente es de 2019, cuando los Estados Unidos aprobaron una resolución reconociendo la masacre… Sin embargo, ¿soplan nuevos vientos en este tumultuoso presente?

El genocidio es visto por muchos historiadores como el antecedente del Holocausto, y su falta de reconocimiento ha sido citado como evidencia crucial para prevenir futuros genocidios. A pesar de la abrumadora evidencia existente y de testimonios de testigos oculares, existe una controversia sobre el reconocimiento que se origina en el rechazo inflexible por parte de Turquía en aceptar su responsabilidad. 

En el caso de Israel, el gobierno ha rehusado reconocer el Genocidio Armenio debido a la volátil, pero estratégica relación política con Turquía.

Por décadas, Turquía ha chantajeado y amenazado a distintas naciones por el solo hecho de considerar reconocer el Genocidio Armenio.  

Inicialmente, Israel no podía afrontar políticamente esa decisión. Israel depende de Turquía, ya que es el único país musulmán con el que tiene relaciones diplomáticas y de cooperación. Sin embargo, a través de décadas, Turquía se ha vuelto cada vez más hostil a Israel especialmente ante la llegada del gobierno islamista dictatorial de Recep Tayip Erdogán. Sumado a esto, Turquía se ha alineado geopolíticamente con Irán. 

En la actualidad, Israel está en una posición menos dependiente de Turquía, especialmente ante las relaciones surgidas con los países árabes. Sin embargo, Israel continúa sin reconocer el Genocidio Armenio parándose una vez más del lado contrario de la historia: el gobierno israelí ha traicionado al pueblo armenio al vender armas a Azerbaiyán. 

En el caso de los Estados Unidos, el reconocimiento del Genocidio Armenio se ha tratado durante décadas, sin embargo, la propuesta de reconocimiento se produjo en 2019 cuando la Cámara de Representantes pasó la resolución 401-11 seguida de una unánime decisión del Senado. Hace 40 años atrás, el presidente de EEUU, Ronald Reagan utilizó la palabra “genocidio” para referirse al hecho, como paso fundamental hacia el reconocimiento, pero luego del aparatoso alboroto por parte de los turcos, el Congreso de EEUU se abstuvo debido a intereses políticos. De igual manera, presidentes norteamericanos republicanos o demócratas han evitado utilizar el término “genocidio” para no antagonizar con Turquía. 

Esta semana, fuentes de la Casa Blanca, de la administración Biden, anunciaron que reconocerán el Genocidio Armenio como una clara intención de corregir los errores cometidos en el pasado.  

La persecución de cristianos por los otomanos ya había ocurrido por años y eso llevó al Genocidio Armenio, pero escaló con la ley Tehcir, bajo la cual se confiscó todas las propiedades y pertenencias de los armenios deportándolos en masa, enviándolos al desierto de Siria en condiciones inhumanas. 

Los otomanos, con la anuencia del Estado, cercaron y asesinaron primero a los intelectuales y académicos, violaron y esclavizaron a las mujeres y niñas armenias, y los que sobrevivieron fueron enviados a campos de concentración, donde fueron ejecutados. Entre 1914 y 1918, 1- 1.5 millones de armenios fueron asesinados por los turcos otomanos, los predecesores de la Turquía moderna.  

Es absolutamente inadmisible que la comunidad de naciones haya permitido a Turquía usar su posición geopolítica para amedrentar a otras naciones. Por décadas, Turquía ha censurado y encarcelado a sus propios ciudadanos que reconocen el genocidio y ha destruido todo tipo de evidencia dentro de Turquía. Inclusive, ha arrestado a aquellos académicos turcos que osaron llamar Genocidio al Genocidio Armenio. 

Mientras que, en Alemania, hasta el día de hoy, negar el Holocausto es ilegal; en Turquía es ilegal no negar el Genocidio Armenio, y el mundo es testigo y cómplice de permitir este sadismo. 

Si algunos países llamados superpotencias hubieran reconocido el Genocidio Armenio desde el primer día, estaríamos viviendo una realidad diferente, las naciones pequeñas no tendrían miedo de aceptar evidencia histórica en detrimento de un pueblo que casi fue eliminado.

Al reconocer el Genocidio Armenio por parte de la administración Biden, ésta estaría mandando un mensaje moral al mundo y también al pueblo de Armenia.

¡El momento de reconocerlo es ahora!

La autora es CEO de Social Lite Creative e investigadora del Tel Aviv Institute.

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