Días pasados, el primer ministro de la República de Armenia, Nikol Pashinian, su esposa y miembros del partido oficialista, expresaron palabras agraviantes hacia la Iglesia Apostólica Armenia y sus lideres.
Esto produjo una conmoción en el ambiente político interno de la Madre Patria, creando un marco de vulnerabilidad para la seguridad de Armenia.
Teniendo en cuenta lo significativo de estos hechos, IARA, Instituciones Armenias, de la República Argentina, condena y expresa su profunda preocupación y formula un llamado al diálogo y la armonía como base del fortalecimiento y la consolidación del Estado y las instituciones tradicionales que definen nuestra identidad nacional.
La recuperación de la independencia y el afianzamiento del Estado son valores insustituibles que la nación armenia aún está procesando y que se empeña en defender hasta el último de los sacrificios.
La historia nos ha demostrado que la Iglesia Armenia, siempre ha estado junto al pueblo y la Nación Armenia, aún durante los largos períodos de dominación extranjera sufridas por el pueblo armenio que la ha consagrado como artífice de consenso, unidad y representantes de los valores más valiosos de la armenidad.
Las declaraciones recientes del Primer Ministro coincidentes con las falsedades del presidente de la Junta de Musulmanes del Cáucaso , reclamando la pertenencia de Etchmiadzin, nombrándola como Utchmiadzin, no contribuyen a la necesaria unión nacional y preocupan severamente a la diáspora, en cuya vida cotidiana la iglesia ocupa un lugar relevante. Las divergencias solo aportan a la angustia colectiva sobre la seguridad y el desarrollo de Armenia.
El Estado y la Iglesia tienen la obligación y la responsabilidad de favorecer la comprensión y el entendimiento entre todos los sectores de la vida del país, incluyendo a la diáspora.
Nuestra intención y trabajo cotidiano es contribuir a consolidar sobre bases firmes la novel República.
Preocupa el ataque a la Iglesia, como a otros valores fundamentales para la Nación armenia: su Constitución Nacional, que incluye el reconocimiento del genocidio y la cuestión de Artsaj, y el ataque constante a la instituciónalidad en general, tanto en Armenia como en la Diáspora.
Armenia y los armenios todos, deseamos y contribuimos a asegurar la paz interior, exhortando a las partes, saldar las diferencias en favor de lograr los objetivos comunes.