C𝐮𝐥𝐭𝐮𝐫𝐚- 𝐇𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚- 𝐑𝐞𝐥𝐢𝐠𝐢𝐨́𝐧- 𝐍𝐚𝐭𝐮𝐫𝐚𝐥𝐞𝐳𝐚 (𝐏𝐚𝐫𝐭𝐞 𝟒)
𝐇𝐀𝐘𝐀𝐒𝐀́
Las primeras formaciones estatales pre-armenias aparecen en la parte occidental de la altiplanicie armenia, en el valle del río Eufrates, cerca del estado conocido como Hayasá y extendido en el noroeste de la misma altiplanicie, junto al reino de Hatti. En el territorio que caía entre el Hayk Mayor y el Mar Negro se extendía el reino de Hayasá. Uno de sus centros fue Kumaj, el futuro Ani-Kumaj, a orillas del río Eufrates. El reino de Hayasá recibió su nombre de las tribus de los hays. Su población se dedicaba a la agricultura y ganadería. El país limitaba con el reino de los hititas que eran sus principales enemigos y que sólo a principios del XIV s. a. C. irrumpieron en el país dos veces, pero encontrando una tenaz resistencia, no consiguieron invadirlo; la lucha terminó con un tratado de paz que fue transgredido más tarde por el nuevo príncipe de Hayasá. Los demás grupos de tribus de habla armenia se extendían por el resto del territorio de la meseta. Al sur de Hayasá se extendía el país Sajmú, así se llamaba una de las tribus armenias. Su nombre coincide con el de “someji” con el cual a los armenios les llamaban los georgianos. Más al sur, a la orilla derecha de Eufrates se encontraba el país Tegarama, mencionado en la Biblia como la casa de Torgom (Togarma). Al sur de Tegarama estaba el país Melid con dos vecinos: Haté y Tsopk. Al suroeste de la meseta se hallaban los principados de Armé y Urmé, en los que predominaban las tribus de los armenos. Sobre los últimos ha dejado menciones el famoso historiador griego Heródoto en el s. V a, C. El territorio entre el valle de Eufrates y el lago Van ocupaba la confederación tribal llamada Nairi (país de ríos en asirio) juntando varias tribus armenias y sometido más de una vez a las invasiones asirias.
HAYK
Volviendo a la tradición y a la versión bíblica (el libro de Génesis): según la genealogía de Movsés Jorenatsi (historiador armenio del s. IV), Hayk era tataranieto de Noé: Jafet- Gamer- Tirás- Torgom- Hayk (de la raza y de la casa de Torgom). Cuando se produjo la dispersión y confusión de la humanidad tras el fracaso de la construcción de Babel, el tirano Bel aprovechó para alzarse con el poder. Pero Hayk rehusó obedecerle; tras engendrar a su hijo Aramaneak en Babilonia, marchó hacia el norte, hacia el país de Ararat, junto con sus hijos, hijas y nietos, hombres fuertes en número de trescientos y todos sus enseres domésticos. Marchó a establecerse al pie de un monte, en una planicie ya habitada por un pequeño número de hombres de aquellos que se habían dispersado previamente. Hayk los redujo a su obediencia. Hacia el sur de esta planicie, al pie de una montaña de gran base, se habían establecido hasta entonces un pequeño número de hombres que se sometieron voluntariamente al titán. Cuando Bel, el titán, hubo establecido su señorío sobre todos, envió a uno de sus hijos junto con fieles hombres hacia el norte, ante Hayk, ordenándole venir y someterse para vivir en paz. Hayk envió de regreso a los mensajeros de Bel con respuesta severa. Entonces Bel, el titán, reunió sus tropas y con una multitud de infantes se dirigió al norte, al país de Ararat. El enfrentamiento entre ambos colosos acaba con la muerte de Bel a manos de Hayk. Y el país se denomina Hayk por el nombre del antepasado Hayk (actualmente el nombre propio del país suena en armenio como Hayastán). Los partidarios de distintas versiones sobre el procedimiento del pueblo armenio comparten la que los armenios se formaron como un pueblo en los II y I a. C. y que el proceso de la formación ha tenido lugar en la altiplanicie armenia.
El último factor, o sea la situación geográfica, ha dejado su huella en toda su historia. Situada en el cruce de dos civilizaciones: la occidental y la oriental, desde los tiempos remotos ha conocido las dos culturas: la europea y la asiática, y la cultura propiamente armenia ha asimilado muchos elementos de éstas dos. Como consecuencia de la misma situación geográfica, la altiplanicie armenia se ha sometido muchas veces a las invasiones de los occidentales que se dirigían al oriente y con más frecuencia al revés.
Lo último predestinó las peculiaridades del camino histórico pasado por los armenios.
El factor geográfico sigue siendo actual hasta nuestros días.