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Miércoles 24 de Abril - Buenos Aires - Argentina
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Locales - Pcia. de Buenos Aires sobre Artsaj
Proyecto de Declaración de la Cámara de Diputados
30 de Septiembre de 2020

PROYECTO DE DECLARACIÓN
La H. Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires,
DECLARA


Que ante la escalada bélica desatada por las fuerzas de Azerbaiyán contra Armenia en la frontera armenio-azerí, este H. Cuerpo hace un llamado a la paz y el respeto de los compromisos internacionales contraídos para la solución del conflicto, siendo que la República Argentina apoya el proceso político para garantizar la paz que conduce el Grupo de Minsk, creado en el seno de la Organización para la Cooperación y la Seguridad en Europa (OSCE), proceso aceptado por ambos países y puesto en riesgo los últimos meses por agresiones por parte de las fuerzas armadas de Azerbaiyán con apoyo político del gobierno de Turquía, contrariando los acuerdos de las partes firmados precedentemente, quienes se comprometieron en la necesidad de mantener el alto el fuego y prevenir enfrentamientos.


Prof. Diego A. Rovella
Diputado
Juntos por el Cambio


Honorable Cámara de Diputados
Provincia de Buenos Aires
F U N D A M E N T O S


La historia del pueblo armenio está atravesada por circunstancias que fueron estableciendo una realidad cambiante y siempre dolorosa para el pueblo armenio.
Armenia, país que se encuentra en una situación transcontinental entre Europa y Asia. Pero cultural, política e históricamente, Armenia es parte de Europa.
Los combates entre armenios y azeríes no son nuevos y sacan a la luz una disputa étnica y religiosa que existe desde hace décadas. La región en cuestión; Nagorno Karabaj, es un enclave de mayoría étnica armenia y de cristianos ortodoxos, insertado en territorio de Azerbaiyán, país de confesión musulmana y formado por una mayoría túrquica.
Las miradas del mundo están puestas en el territorio de Nagorno Karabaj, que esconde un importante conflicto geopolítico, estratégico, étnico, histórico y religioso entre Armenia y Azerbaiyán, que ha permanecido latente durante décadas con repuntes de violencia que esta vez parecen tomar un carácter más luctuoso y constante.
Los enfrentamientos se han intensificado en los últimos días entre las tropas armenias y las azeríes hasta el punto de que diversos actores internacionales han solicitado el cese de las hostilidades y otros, como Turquía, han entrado de lleno en favor de la causa de Azerbaiyán.
Este enfrentamiento no es nuevo, ya que entre 1988 y 1994 hubo una guerra por el control del territorio que terminó con más de 30.000 fallecidos y una situación enquistada que se prolonga hasta el día de hoy. Pero para comprender mejor los motivos de estos combates es necesario desgranar la historia y la diversidad que envuelven a estos territorios, comenzando por la diversidad cultural de toda la región del Cáucaso. Por supuesto, el factor religioso deviene insoslayable, toda vez que debemos tener presente que el estado armenio está formado por una mayoría de etnia armenia que profesa un el cristianismo desde hace siglos, con su impronta represenrtada en la iglesia Apostólica Armenia. Azerbaiyán, por su parte, concentra un grueso de población túrquica que tiene al islam en su variante chiita como confesión mayoritaria.
Este es el caso de Nagorno Karabaj, que pese a estar incrustada en medio del territorio de Azerbaiyán, tiene una mayoría de habitantes que son armenios étnicamente y cristianos ortodoxos de religión, una particularidad que es la fuente de los conflictos.
Estados como Azerbaiyán, Armenia o Georgia son históricamente muy jóvenes, ya que sus territorios estuvieron siempre dominados por grandes imperios, como el ruso o el otomano, y tras su formación después de la firma del Tratado de Versalles que puso fin a la Primera Guerra Mundial, fueron absorbidos a comienzo de los años 20 por la URSS.
El gran conflicto de Nagorno Karabaj se produjo entre 1988 y 1994 y coincidió con las independencias de Azerbaiyán y Armenia, que pasaron de ser repúblicas socialistas soviéticas a estados independientes. En este contexto, Nagorno Karabaj, que había pertenecido siempre a la República Socialista de Azerbaiyán como una región diferenciada, solicitó unirse a Armenia, pero Azerbaiyán se negó.
La guerra librada, entonces, tuvo un sangriento balance de 30.000 muertos.
Nagorno Karabaj no se unió a Armenia, pero se constituyó como la República de Artsaj, un estado independiente que posee una bandera muy similar a la armenia y que mantiene relaciones con este país.
La firma del alto el fuego en 1994 se dio bajo el amparo de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) y elGrupo Minsk, un organismo presidido por Estados Unidos, Rusia y Francia que tiene como objetivo poner fin al conflicto en la zona, pero los resentimientos prevalecieron, en especial desde el lado azerí.
Los conflictos esporádicos siguieron existiendo tras el fin de las hostilidades en 1994, pero no de forma sostenida. Todo quedó paralizado durante un tiempo.
La OSCE y el grupo de Minsk trataron de dar salida a un conflicto latente que podía volver a estallar en cualquier momento. Esa posible salida fueron los “Principios de Madrid” de noviembre de 2007. Los representantes de Armenia y Azerbaiyán coincidieron en varios puntos del acuerdo, pero no en la forma de realizar la desmilitarización de Armenia en la zona ocupada.
Los puntos que se contemplaban eran: el retirode tropas armenias del cinturón en torno a Nagorno Karabaj, la garantía de autogobierno y seguridad para esta región, la posible celebración de un referendo sobre su futuro, la existencia de un corredor con Armenia y la facilitación del regreso de los refugiados y desplazados. Pero todo esto quedó en nada.
Aunque en 2016 se registraron enfrentamientos armados, en lo que se conoció como "La Guerra de los Cuatro Días”, esta escalada parece ser más seria. 
La estrategia de Azerbaiyán es de destacar, habida cuenta de que sabe que en su apoyo se encuentra el apoyo militar turco. El Gobierno azerí sabe que cuenta con ese apoyo militar. Recep Tayyip Erdogan lleva meses interviniendo en conflictos extranjeros para alentar el nacionalismo turco.
La animadversión entre el pueblo armenio y el turco es total, ya que los primeros sufrieron un genocidio sostenido durante la Primera Guerra Mundial que no es reconocido por Ankara y que terminó con la vida de más de un millón de personas entre 1915 y 1923.
Muchos analistas coinciden en que existe un riesgo en que el conflicto escale en gravedad ante la intervención de actores internacionales. El papel clave para un alto el fuego lo tienen Rusia y Turquía y, en menor medida, la OSCE, según estos mismos analistas internacionales.
Durante las próximas semanas se podrá desgranar si estos enfrentamientos, que ya dejan más de un centenar de fallecidos, se frenan en seco como acotamientos pasados o si desembocan en un conflicto a gran escala con varios actores involucrados. Pero lo que parece verdaderamente complicado es terminar con el conflicto dada su complejidad y los rencores históricos entre Armenia y Azerbaiyán.
Por estas razones primarias, escuetamente esbozadas, es que ésta H. Cámara debe hacer oír su voz formalmente, acompañando a gobiernos, instituciones, actores dela sociedad de todo el mundo, organismos plurinacionales y toda otra instancia, en el llamamiento colectivo al alto el fuego, a la paz, a la búsqueda de concordia y, en fin, hacer votos para que el pueblo armenio alcance para siempre un estado de respeto que sin duda merece y el reconocimiento de su independencia, historia, cultura y religión, sin injerencias externas de ningún país de la zona o de cualquier otro continente.

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