El Katolikós de la Gran Casa de Cilicia, Aram I, pronunció un discurso sobre la actitud y política de las autoridades hacia la Iglesia Armenia:
Durante los últimos meses, con profunda preocupación hemos seguido los inquietantes desarrollos en torno a San Etchmiadzin. En diversas ocasiones y por diversos medios, intentamos calmar la situación tormentosa y promover el entendimiento mutuo, advirtiendo especialmente sobre los pasos que conducen a la división de la Iglesia.
Hoy, de hecho, la situación se ha vuelto más peligrosa, cargada de consecuencias impredecibles. La preservación firme de la integridad y unidad interna de San Etchmiadzin y de nuestra Iglesia en general, manteniéndola alejada de peligros internos y externos, es una prioridad panarmenia. Guiados por esta profunda conciencia y compromiso, hacemos un llamado:
La Iglesia es la casa de Dios y, al mismo tiempo, el hogar sagrado de la nación. Cada armenio tiene la obligación y el derecho de preocuparse y expresar su punto de vista sobre los asuntos que afectan a la Iglesia, pero con un enfoque constructivo y edificante, guiado por el celo de renovar la Iglesia y hacer más vital su misión de servicio.