Querido pueblo de mi Patria y de la Diáspora:
Celebramos el 80° aniversario de la victoria en la Gran Guerra Patria y los aniversarios de la liberación de Shushi y la creación del Ejército de Defensa de Artsaj, con recuerdos que son preciosos e importantes para nuestro pueblo.
Toda victoria se logra a través de la fe, la lucha incansable y la resistencia a las pruebas. A lo largo de nuestra historia centenaria, nuestro pueblo ha luchado desinteresadamente por su vida independiente y digna, esforzándose constantemente por el establecimiento de la justicia y la paz. Con esta conciencia, cientos de miles de armenios lucharon junto a otros pueblos de la Unión Soviética contra el fascismo, con el fin de establecer un mundo seguro y próspero. Con esta misma conciencia, nuestra nación también debe proteger el derecho de los armenios de Artsaj a vivir de forma independiente y segura en su tierra natal.
Amados fieles, frente a los desastres que han afectado hoy a nuestra Nación y Patria, la despoblación de Artsaj y los desafíos que enfrenta Armenia, debemos permanecer firmes con el coraje de nuestro espíritu, la fuerza de nuestra fe y la visión de un futuro brillante, y recordar siempre que hemos logrado victorias significativas solo a través de la unidad, el amor y la devoción a nuestra patria. Así pues, inclinándonos ante la memoria eterna de nuestros héroes, dejémonos inspirar por su brillante ejemplo y, a través de esfuerzos conjuntos y apoyo mutuo, construyamos el futuro de nuestras vidas con nuevos y beneficiosos logros para toda la Nación.
Con motivo del Día de la Victoria y la Paz, extendemos nuestro amor, bendiciones y felicitaciones a los veteranos de la Gran Guerra Patria, a los participantes de la Guerra de Artsaj y a todo nuestro pueblo en todo el mundo.
Oramos por la paz mundial, por la vida segura, protegida y próspera de nuestra patria y nuestro pueblo, y pedimos al Todopoderoso que las terribles manifestaciones del fascismo, las guerras catastróficas y los desastres ya no encuentren cabida en la vida humana. Que la gracia y la bendición del Señor resucitado estén con nosotros hoy y siempre. Amén.