Armen Gevorgian, miembro de la delegación de la Asamblea Nacional de Armenia, pronunció un discurso durante los debates sobre "la necesidad de un orden internacional renovado y basado en normas" en la Sesión de Invierno de 2025 de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (APCE).
Se reproduce a continuación el discurso de Gevorgian:
Señoras y señores,
La agenda liberal, la democracia, los derechos humanos y el Estado de derecho están desapareciendo de la agenda internacional tal como los conocíamos. Las crisis económicas, la revolución de las redes sociales y el auge del populismo de extrema derecha y extrema izquierda han provocado una grave polarización dentro de los estados europeos y, como consecuencia, un debilitamiento de Europa en su conjunto.
Con mucha frecuencia vemos que en Europa nuestro sentido compartido de intereses y aspiraciones se expresan con mayor claridad a través de la oposición a alguien con aspiraciones a algo. La gama de opciones de desarrollo, especialmente para los pequeños Estados, se ha reducido a la dicotomía inaceptablemente simplista de "con nosotros o contra nosotros". Peor aún, las opciones estratégicas que se toman en Europa, también carecen de coherencia en términos de los intereses que se persiguen. Por ejemplo, la guerra en Ucrania se enfrenta a una resistencia categórica, pero las ambiciones imperialistas de Turquía en Siria se enfrentan a la comprensión. Mientras tanto, la ocupación por Azerbaiyán de los territorios soberanos de Armenia, la limpieza étnica de los armenios de Artsaj (Nagorno-Karabaj) y los juicios-espectáculo a los líderes de Nagorno-Karabaj en Bakú son percibidos curiosamente en el mundo democrático como algo legítimo. Europa apoyó el derecho a la autodeterminación en Kosovo, mientras que se lo negó a los armenios de Artsaj.
¿Qué es esto sino una consecuencia de una grave crisis de identidad y liderazgo en Europa?
Estimados colegas,
En Armenia se está perfilando hoy una realidad que se puede resumir así: "Vamos hacia Occidente, pero a expensas de Rusia". Muchos aquí reconocen que este enfoque conlleva nuevos riesgos y desafíos para la estabilidad y la prosperidad regionales. La formulación de políticas responsables debería reconocer que la actual crisis mundial parece conducir a una conferencia "Yalta-2", un esfuerzo para evitar una Tercera Guerra Mundial y dar forma a un nuevo orden mundial. Es muy probable que un trío de líderes vuelva a dominar los debates, en particular sobre los asuntos euroasiáticos. Sin embargo, sería profundamente lamentable que Europa quedara excluida de esas conversaciones críticas.
Cuando Europa flaquea –tanto en el plano interno como en el de su política exterior– al no defender sus propios estándares de gobernanza democrática, el Estado de derecho y los derechos humanos, corre el riesgo de perder su propia identidad y el valor añadido que aporta al mundo. Esto reduce a Europa a la condición de actor regional, despojada de cualquier contribución única que pueda ofrecer. Las crisis políticas y de identidad internas en los Estados europeos, la creciente desunión en cuestiones claves y los desafíos más amplios mencionados anteriormente están exacerbando este declive.
Para concluir, quisiera abordar una pregunta única, pero vital: ¿cómo puede el Consejo de Europa contribuir a restablecer la identidad política de Europa y promover un orden internacional basado en normas, tanto dentro como fuera de sus fronteras?