Después de la destitución de Ktrich Nersisian (nombre de nacimiento del Katolikós de Todos los Armenios Karekin II), el segundo punto —A— de la hoja de ruta para la renovación de la Santa Iglesia Apostólica Armenia que propuse se refiere al hecho de que la nueva carta de la Iglesia debe abordar las normas de integridad del clero de la Santa Iglesia Apostólica Armenia y las garantías para su cumplimiento, declaró el Primer Ministro de Armenia, Nikol Pashinian, durante una transmisión en vivo por Facebook.
"Esto es extremadamente importante, porque hoy, en esencia, no existen normas de integridad para el clero en la República de Armenia. Es decir, no sabemos qué estándares, según el orden eclesiástico, debe cumplir un clérigo en su actividad y vida diaria.
Además, esto se aplica tanto a los sacerdotes casados como a los célibes. Creo que la clase episcopal, la clase clerical también debe discutir y decidir sobre un asunto: si se conserva o no la institución del celibato. Si se conserva, si es una condición absolutamente obligatoria para ser obispo, o si puede haber obispos tanto célibes como casados.
Además de esto, si se conserva la institución del celibato, también debe aclararse claramente qué significa esto, porque en los últimos meses nos damos cuenta de que hay intentos de dar diversas interpretaciones, y debe haber respuestas muy claras a las preguntas.
En cualquier caso, creo que en estos asuntos el propio clero debe discutir y decidir. El problema aquí es que, sea lo que sea que discutan y decidan, estas normas deben ser publicadas y accesibles al público. Y en segundo lugar, también debe haber mecanismos para garantizar el cumplimiento de estas normas de integridad, el cumplimiento de las mismas.
Debe especificarse claramente qué faltas son tan graves que impiden continuar en el ministerio sacerdotal, y cuáles pueden tener sanciones menores.
Además, el público también debe saber, en los casos en que haya cuestiones específicas relacionadas con la integridad de un clérigo, en caso de tener hechos concretos, en qué organismo se pueden plantear esos hechos y dónde se pueden obtener respuestas a las preguntas.
Además, esto se aplica tanto a los individuos como al público, porque hay muchas preguntas que necesitan respuestas", agregó el Primer Ministro armenio.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------
Las declaraciones del Primer Ministro Pashinian representan una intervención sin precedentes del poder político en los asuntos internos de la Iglesia Apostólica Armenia, institución que durante siglos ha sido guardiana de la identidad nacional armenia y que tradicionalmente ha mantenido su autonomía frente al Estado.
Si bien la necesidad de transparencia y códigos de conducta claros es comprensible en cualquier institución del siglo XXI, preocupa la extensión de la injerencia gubernamental en materias que históricamente han sido de competencia exclusivamente eclesiástica, como la definición del celibato episcopal o las normas de vida sacerdotal.
La propuesta de Pashinian de que "estas normas deben ser publicadas y accesibles al público" y de crear mecanismos de supervisión plantea interrogantes fundamentales: ¿quién supervisará al clero? ¿El Estado? ¿Organismos mixtos? ¿Qué garantías existen de que esta "renovación" no se convierta en un instrumento de control político sobre una institución milenaria?
La Iglesia Apostólica Armenia enfrentó persecuciones bajo el régimen soviético precisamente por resistirse a este tipo de injerencias estatales. Ahora, bajo la retórica de la "transparencia" y la "integridad", observamos un proceso que podría debilitar la independencia institucional de la Iglesia y subordinarla a los vaivenes de la política partidaria.
Resulta particularmente revelador que estas propuestas de "reforma" surjan como segundo paso inmediato después de destituir al Katolikós Karekin II. La secuencia es clara: primero se remueve a la máxima autoridad eclesiástica, y luego se propone redefinir las reglas del juego institucional. Este orden de los acontecimientos sugiere que la "renovación" eclesiástica podría ser, en realidad, un proyecto de reorganización de la Iglesia bajo parámetros definidos desde el poder político, no desde la propia comunidad eclesial.
La comunidad armenia, tanto en Armenia como en la diáspora, debe estar atenta a estos desarrollos y defender la autonomía histórica de su Iglesia, sin que ello signifique oponerse a reformas legítimas que la propia institución eclesiástica decida emprender desde su independencia y según sus tradiciones canónicas.
La renovación de la Iglesia debe venir desde dentro de la Iglesia, no desde los despachos gubernamentales.