El padre Mkrtich Mushedian, quien el sábado pasado ofició una liturgia en la iglesia Yot Verk de Gyumri donde omitió deliberadamente los nombres del Katolikós Karekin II y del arzobispo Mikayel Achabahian (primado encarcelado de la diócesis de Shirak), regresó este domingo a la iglesia San Gevorg de Aygeshat, en la provincia de Armavir, para celebrar una nueva liturgia en presencia del primer ministro Nikol Pashinian.
El sacerdote llegó acompañado del arzobispo Sion Adamian, primado de la diócesis de Armavir y uno de los principales prelados alineados con el gobierno de Pashinian. Mushedian portaba consigo todos los elementos necesarios para la celebración litúrgica, lo que sugiere que fue designado específicamente para oficiar el servicio religioso ante el primer mandatario.
Una "lealtad" demostrada
La omisión del nombre del Katolikós durante la liturgia es considerada una práctica anticanónica que podría conducir a un cisma dentro de la Iglesia Apostólica Armenia. Estas omisiones han ocurrido en al menos dos ocasiones recientes durante liturgias a las que asistió Pashinian: primero en la aldea de Khachik en Vayots Dzor, y luego en Masis.
La liturgia de este domingo en Aygeshat fue celebrada oficialmente por el arzobispo Sion Adamian, quien también omitió mencionar el nombre del Katolikós durante el servicio. Adamian es uno de los diez prelados que recientemente firmaron una declaración pública pidiendo la renuncia del Katolikós Karekin II y se reunieron personalmente con Pashinian.
El arzobispo Adamian: pionero en la sumisión al gobierno
El arzobispo Adamian es uno de los primeros prelados en "escuchar" a Nikol Pashinian y colocar la bandera de Armenia en su iglesia diocesana, respondiendo así al llamado del primer ministro de nacionalizar los espacios eclesiásticos. La iglesia San Gevorg de Aygeshat, ubicada en la provincia de Armavir, se ha convertido en uno de los escenarios principales de esta ofensiva gubernamental contra la independencia de la Iglesia.
En declaraciones posteriores a la liturgia de hoy, el arzobispo Adamian afirmó que "reconoce a Karekín II como Patriarca", lo que revela una profunda contradicción en su posición: omite su nombre durante la liturgia, violando el canon eclesiástico, pero luego declara reconocerlo como autoridad máxima de la Iglesia.
Cuando se le preguntó por qué fue omitido el nombre del arzobispo Mikayel Achabahian (actualmente encarcelado) en la liturgia de la iglesia Yot Verk, Adamian afirmó que "no hubo violación canónica" y que "hoy también se omitió su nombre en San Gevorg". Sobre si continúa exigiendo la renuncia del Katolikós, respondió evasivamente: "Ya existe la declaración, ¿qué más podemos decir? No tenemos nada más que agregar".
Adamian también declaró que "fue su decisión oficiar la liturgia en la iglesia San Gevorg de Aygeshat" y que "no hubo ningún problema con los clérigos respecto a omitir el nombre del Katolikós; todos estuvieron de acuerdo en omitirlo", revelando así que existe presión interna coordinada dentro del grupo de prelados alineados con Pashinian.
Pashinian admite intervención del Servicio de Seguridad
En declaraciones previas, Pashinian reconoció asistir a liturgias donde no se menciona al Katolikós. Más aún, el primer ministro había declarado anteriormente que, mediante la intermediación del Servicio de Seguridad Nacional (SSN), se asegura de que durante las liturgias en las que participa se omita el nombre del Venerable Patriarca.
Esta admisión confirma la existencia de presión estatal directa sobre los sacerdotes para que violen las normas canónicas de la Iglesia Apostólica Armenia durante los servicios religiosos a los que asiste el jefe de gobierno.
Contexto de persecución eclesiástica
La liturgia de este domingo se desarrolla en un contexto de creciente represión contra el clero opositor. El arzobispo Mikayel Achabahian, primado de la diócesis de Shirak, fue arrestado en junio pasado en la Sede Madre de Echmiadzin, acusado falsamente de incitar un golpe de Estado. El 3 de octubre de 2025, Achabahian fue condenado a dos años de prisión en un proceso judicial ampliamente criticado como persecución política.
La Santa Sede de Echmiadzin denunció que la encarcelación de Achabahian es "consecuencia directa de la retórica hostil del primer ministro Nikol Pashinian y de su política antieclesiástica".
Además de Achabahian, el arzobispo Bagrat Galstanian, líder del movimiento opositor "Lucha Sagrada", también fue arrestado bajo acusaciones similares, en lo que constituye una campaña sistemática contra la jerarquía eclesiástica independiente.
División dentro de la Iglesia
Los representantes de la Iglesia Apostólica Armenia leales a Pashinian han dejado de mencionar al Katolikós Karekin II durante la liturgia, lo cual constituye una violación directa del canon eclesiástico.
El Consejo Episcopal, presidido por el Katolikós, condenó esta práctica y advirtió que el clero que no se arrepienta y restaure el orden litúrgico apropiado podría enfrentar las medidas disciplinarias más severas de la Iglesia.
Sin embargo, un grupo de diez prelados, entre ellos Sion Adamian, han desafiado abiertamente esta autoridad eclesiástica y se han alineado públicamente con el gobierno de Pashinian, creando las condiciones para un cisma potencial en la iglesia nacional armenia.
Las implicaciones del cisma
En octubre, el sacerdote destituido Aram Asatrian realizó una "liturgia" no canónica en el monasterio de Hovhannavank, a la que asistieron Pashinian y miembros de su partido. La participación del primer ministro en celebraciones oficiadas por clérigos que violan las normas canónicas profundiza la división y legitima la desobediencia eclesiástica.
Monseñor Aren Shaheenian, desde Argentina, denunció que "la Iglesia está bajo asedio" y que los obispos son acusados de "cosas absurdas, como planear golpes de Estado, simplemente por levantar la voz en defensa del pueblo".
Conclusión
La liturgia de este domingo en Aygeshat representa un nuevo capítulo en la ofensiva del gobierno de Pashinian contra la autonomía de la Iglesia Apostólica Armenia. La utilización de sacerdotes como el padre Mkrtich Mushedian, quien ha demostrado su disposición a violar las normas canónicas, junto con el respaldo de prelados como el arzobispo Sion Adamian, consolida una estructura eclesiástica paralela y subordinada al poder político.
La admisión del propio Pashinian sobre la intervención del Servicio de Seguridad Nacional en asuntos litúrgicos confirma que esta no es una crisis interna de la Iglesia, sino una persecución sistemática orquestada desde el Estado para neutralizar una de las instituciones más antiguas y respetadas de la nación armenia.
