Desde la celda del Servicio de Seguridad Nacional, Samuel Karapetian envía un mensaje dirigido a la ciudadanía, refiriéndose a la situación política y judicial del país y llamando a la población a no caer en la desesperanza.

Karapetian afirma comprender la preocupación y la decepción generadas por lo que califica como “flagrantes ilegalidades” y “procesos judiciales cínicos” ocurridos en las últimas semanas. Sin embargo, asegura que el “pequeño grupo” actualmente en el poder no ha logrado un verdadero triunfo.

“No piensen que han conseguido un resultado positivo para sí mismos. Aunque intenten mantenerse seis meses más, no podrán preservar el país ni restaurar su dignidad, ni mejorar la vida de los ciudadanos, ni resolver los problemas del Estado”, señala.

En su mensaje, destaca la perseverancia del pueblo armenio a lo largo de la historia, asegurando que, pese a los periodos difíciles, siempre ha seguido adelante, superando desafíos y resistiendo los intentos de sus enemigos.

“Así será también ahora, no lo duden”, afirma Karapetian.

El político expresa su convicción de que, en pocos meses, los armenios podrán felicitarse mutuamente por “el triunfo de la justicia, la restauración de la dignidad, la derrota del mal y el inicio de una nueva etapa de prosperidad y paz para Armenia”.

Karapetian concluye su declaración con un llamado a mantener la determinación:

“Continuamos la lucha y avanzamos hacia la victoria incondicional, a nuestra manera”.

Samuel Karapetian
Centro de Detención del Servicio de Seguridad Nacional
19 de noviembre de 2025

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Samuel Karapetian (n. 1965, Tashir, Armenia) es un empresario ruso-armenio y fundador del conglomerado Tashir Group, activo en sectores como la construcción, energía, bienes raíces y comercio. Considerado durante años uno de los armenios más influyentes económicamente, ha realizado importantes inversiones en Armenia, incluida la adquisición de Electric Networks of Armenia. Ha recibido distinciones estatales por su contribución al desarrollo del país. En 2025 fue detenido en Ereván en el marco de procesos judiciales que sus allegados califican como motivados políticamente.