El Ministerio de Asuntos Exteriores de Armenia, en respuesta a una consulta de Sputnik Armenia, explicó por qué Ereván está coordinando con Ankara el proyecto de construcción de un dique en la orilla del río Araks, a pesar de que el convenio vigente no establece tal obligación.
Desde hace aproximadamente año y medio Armenia mantiene consultas con Turquía sobre este proyecto. Sin embargo, la convención sobre los ríos y arroyos fronterizos entre ambos países únicamente exige que Armenia “avise oportunamente” sobre tales obras, sin necesidad de someterlas a aprobación.
Sputnik Armenia dirigió una solicitud al Ministerio de Asuntos Exteriores para aclarar por qué se están coordinando con Turquía tanto la construcción del dique como la documentación técnica del proyecto, cuando el acuerdo firmado en 1972 entre la URSS y Turquía indica que basta con notificar.
La Cancillería armenia informó que Armenia ya ha notificado a la República de Turquía acerca de los trabajos de refuerzo previstos en la zona ribereña del Araks, conforme a las obligaciones establecidas en el tratado.
“Al mismo tiempo, y cuando es necesario, las partes mantienen contactos y consultas sobre el tema, en el marco de la lógica de cooperación entre dos países vecinos”, añadió el ministerio.
Cabe recordar que el Ministerio de Administración Territorial e Infraestructuras había hablado previamente no solo de una “notificación”, sino de una “coordinación” explícita.
Hace meses, la misma cartera informó que, con la mediación del Ministerio de Asuntos Exteriores, continuaba el proceso de coordinación de la documentación técnica del proyecto con la parte turca. Una respuesta similar ya se había recibido en el verano del año pasado.
Según datos anteriores, el costo estimado de la construcción del dique —necesario para devolver el río Araks a su cauce original en las zonas de Araksavan y Burastan— asciende a unos 1 millón de dólares.
El problema se originó tras la extracción ilegal de arena, que provocó un cambio en el curso del río, creando una isla de aproximadamente 400 hectáreas fuera de los límites fronterizos tradicionales. Para evitar consecuencias negativas, el ministerio propuso construir un dique-muralla de unos 130 metros de largo y 8 metros de profundidad en el actual cauce, con el fin de redirigir el agua a su trayectoria original.