La Fiscalía General de Azerbaiyán presentó sus solicitudes de condena en el juicio que se desarrolla en Bakú contra antiguos dirigentes de la República de Artsaj (Nagorno-Karabaj) y otros ciudadanos armenios detenidos tras la ofensiva militar de septiembre de 2023. Las penas solicitadas incluyen cadena perpetua y severas condenas de larga duración, lo que ha intensificado las críticas internacionales por la naturaleza política del proceso.
Según el comunicado oficial, los fiscales pidieron:
Cadena perpetua para el expresidente de Artsaj Arayik Harutyunyan.
Cadena perpetua para el exministro de Relaciones Exteriores de Artsaj Davit Babayan, detenido en 2023 tras entregarse a las autoridades azerbaiyanas.
Cadena perpetua para el excomandante de las fuerzas armadas de Artsaj Levon Mnatsakanyan.
20 años de prisión para los expresidentes Bako Sahakyan y Arkadi Ghukasyan.
Penas de entre 16 y 19 años para el resto de los acusados.
La Fiscalía también subrayó que, conforme a la legislación azerbaiyana, no es posible imponer cadena perpetua a personas mayores de 65 años, motivo por el cual algunos de los procesados enfrentan penas diferenciadas.
El proceso, llevado adelante en un tribunal militar de Bakú, ha sido criticado por organizaciones internacionales y expertos legales, quienes consideran que se trata de un juicio políticamente motivado y carente de garantías básicas. Las acusaciones presentadas incluyen terrorismo, crímenes de guerra, agresión y crímenes contra la paz.
Desde la toma total de Nagorno-Karabaj por parte de Azerbaiyán en septiembre de 2023, decenas de exfuncionarios y figuras públicas de Artsaj han sido detenidos y trasladados a Bakú, lo que ha generado denuncias por violaciones a los derechos humanos y falta de transparencia.
Diversos organismos de derechos humanos, así como juristas y representantes de la diáspora armenia, han criticado el proceso por considerarlo una simulación judicial destinada a legitimar la ofensiva militar de Azerbaiyán y presentar una narrativa unilateral sobre el conflicto.
Se ha señalado también la ausencia de observadores independientes y la dificultad de los equipos de defensa para acceder plenamente al expediente.
Las sentencias finales —que podrían darse a conocer en las próximas semanas— tendrán un fuerte impacto en el clima político del Cáucaso Sur. En un momento en que Armenia y Azerbaiyán mantienen negociaciones frágiles, el destino de los dirigentes de Artsaj constituye un punto de alta sensibilidad y un indicador del rumbo que tomarán las relaciones bilaterales.