En un breve encuentro con periodistas en la Asamblea Nacional, Nikol Pashinian se refirió a su participación en las liturgias celebradas por sacerdotes suspendidos de sus funciones. Afirmó que asistir a la liturgia no es una acción política ni pública, sino un camino espiritual.

“En mi relación con Dios no necesito el apoyo de nadie, porque vamos a la liturgia, yo voy a la liturgia; no voy a un mitin.

Voy a la liturgia y me alegra que otros también vayan, porque, como ya he dicho, eso es importante para mí. Lo es para mí y también para aquellos miembros de nuestro equipo político que creen en Dios.

Acepto que en la República de Armenia cada persona tiene libertad de conciencia: algunos pueden creer en Dios y otros tener distintas visiones. Pero para mí este es un camino de renovación espiritual y moral, y me alegro por las personas que vienen a la liturgia.

Esta serie de liturgias es muy importante porque yo formulé y anuncié esa agenda, y seguiré avanzando con coherencia por ese camino. Pero este es un proceso vivo, en el que tiene lugar un diálogo: con la sociedad, de cada uno consigo mismo y con Dios.

¿Por qué he decidido participar en las liturgias? Porque, como ya mencioné en una de mis transmisiones, creo que se trata de la renovación espiritual y moral de nuestro santuario supremo: la Santa Sede de Echmiadzin. Y para alcanzar esa renovación y entrar en nuestro sanctasanctórum, primero debemos purificarnos.

Si decimos que otros no son dignos de nuestro santuario, entonces debemos aceptar que nosotros también primero debemos hacernos dignos. Por eso vamos a la liturgia.

Es por esa razón que recibo la comunión y seguiré recibiéndola. Por supuesto, iré a la Santa Sede cuando me sienta suficientemente purificado”, dijo Pashinian.