El gobierno armenio aprobó el 25 de septiembre el proyecto de presupuesto estatal para 2026, que ahora deberá ser discutido en las comisiones y sesiones del Parlamento. Según las proyecciones oficiales, al cierre de 2025 la deuda pública totalizará 5 billones 820 mil millones de drams, y durante 2026 se incrementará en 749 mil millones de drams (12,9%), alcanzando los 6 billones 569 mil millones de drams.
La administración recurre al endeudamiento porque los ingresos fiscales y presupuestarios no son suficientes para cubrir los gastos previstos. Los nuevos fondos provendrán tanto de fuentes externas —como préstamos de organismos internacionales— como de fuentes internas, mediante la emisión de bonos del Estado.
En términos relativos, la deuda pública representará el 52,9% del PIB al cierre de 2025 y subirá al 55% al final de 2026. La deuda correspondiente únicamente al Gobierno central alcanzará el 53,5% del PIB, lo que supone un aumento de 2,8 puntos porcentuales en un año. Si bien se mantiene por debajo del límite del 60% fijado por las reglas fiscales, la tendencia es ascendente.
En dólares, la deuda gubernamental ascenderá a unos 15.300 millones. Para el año próximo, el Ejecutivo planea gastar 3,6 billones de drams —unos 9.500 millones de dólares—, lo que implica un incremento del 5% en el gasto total del presupuesto.
Sin embargo, se reducirá el presupuesto de Defensa. En 2026, el Ministerio de Defensa recibirá 563 mil millones de drams (aproximadamente 1.500 millones de dólares), cifra que supone 265 millones de dólares menos que en 2025.
En la exposición de motivos del proyecto, el Gobierno asegura que, pese al crecimiento de la deuda, se preservará su sostenibilidad, se continuará trabajando en la diversificación de fuentes de financiamiento, en el desarrollo del mercado de bonos del Estado y en el fortalecimiento de la resistencia frente a posibles shocks externos.