El diario Hraparak de Armenia informó que el primer ministro Nikol Pashinian no solo ha decidido “cerrar la página de Artsaj”, sino que tampoco muestra intención alguna de abordar los problemas sociales de los desplazados forzados de Artsaj que se encuentran en Armenia.
Hace meses se suspendió el programa de asistencia social, dejando literalmente a decenas y cientos de familias sin recursos, incapaces de pagar el alquiler de sus viviendas. Según el medio, en los últimos meses numerosos exresidentes de Artsaj han emigrado masivamente a Rusia, donde se incorporan de manera voluntaria a destacamentos creados para participar en la guerra ruso-ucraniana, especialmente en Arbat, atraídos por los elevados sueldos que perciben los soldados contratados.
Además, los participantes en la guerra y sus familiares obtienen la ciudadanía rusa a través de un procedimiento acelerado. Mientras tanto, las autoridades armenias —que proclaman la creación de un ejército profesional— no han aprovechado el potencial de los exresidentes de Artsaj con experiencia militar que podrían haber sido incorporados a las filas del ejército armenio.
De acuerdo con la información publicada, ningún organismo estatal en Armenia lleva un registro confiable de cuántos desplazados de Artsaj han abandonado el país ni de cuántos han regresado durante este período.