Ereván y Teherán avanzan hacia un nuevo nivel de cooperación que podría redefinir el equilibrio de poder en el Cáucaso Sur. Durante la visita oficial del presidente iraní Masoud Pezeshkian a Armenia, tanto él como el primer ministro armenio Nikol Pashinian coincidieron en que ha llegado el momento de elevar las relaciones bilaterales al rango de asociación estratégica, en un contexto marcado por las presiones de Azerbaiyán y Turquía y la injerencia de potencias externas.
En la conferencia de prensa conjunta, el primer ministro armenio sostuvo que la cooperación activa y constructiva entre ambos gobiernos constituye “una garantía esencial para el desarrollo estable de los vínculos fraternos”. Aseguró que la visita del presidente iraní dará un nuevo impulso a las relaciones y subrayó que la base de esta asociación es la amistad histórica entre los pueblos armenio e iraní.
Pashinian destacó que uno de los objetivos compartidos es la apertura de infraestructuras económicas y de transporte, en línea con el proyecto armenio “Cruce de la Paz”, respaldado en reiteradas ocasiones por Irán.
En este marco, reveló que uno de los acuerdos clave alcanzados con Azerbaiyán contempla la reapertura de rutas de comunicación bajo pleno respeto a la soberanía de los Estados. “Esto abrirá nuevas posibilidades para la cooperación ferroviaria entre Armenia e Irán, incluyendo la línea Najicheván–Julfa, lo que otorgará a Irán acceso directo al mar Negro”, señaló el primer ministro, dejando en claro que dichas rutas estarán bajo jurisdicción exclusiva de Armenia.
En materia económica, Pashinian remarcó que el objetivo conjunto es triplicar el comercio bilateral hasta alcanzar los 3.000 millones de dólares, tras haber superado ya la barrera del primer millardo. A ello se suma la entrada en vigor del acuerdo de libre comercio entre Irán y la Unión Económica Euroasiática, que abre nuevas oportunidades para empresarios armenios e iraníes.
Entre los proyectos estratégicos en marcha, mencionó:
La construcción de la carretera Kajaran–Agarak (32 km), encargada a una empresa iraní.
El acuerdo para edificar un segundo puente fronterizo ante el creciente tránsito bilateral.
La culminación de la tercera línea de transmisión eléctrica Armenia–Irán, que permitirá incrementar significativamente las exportaciones de energía armenia.
“Armenia concede una importancia fundamental a sus relaciones de carácter estratégico con Irán”, concluyó Pashinian.
Por su parte, el presidente iraní destacó que Armenia es un vecino clave para Teherán y que la historia demuestra la profundidad de sus lazos. Recordó que la presencia de la comunidad armenia en Irán, especialmente en zonas fronterizas, refleja las afinidades culturales y la amistad que ha caracterizado la relación entre ambos pueblos.
“Nuestra frontera ha sido, a lo largo de los años, un puente de amistad y de conexión entre nuestros pueblos. Queremos paz y estabilidad para nuestros vecinos, en particular para Armenia. La integración y la amistad son los mejores factores para garantizar la seguridad y el desarrollo”, afirmó.
Pezeshkian fue categórico en su respaldo a Ereván: “Irán siempre ha defendido la integridad territorial de Armenia, y esa es nuestra política. Nos oponemos al uso de la fuerza en la región. Consideramos que los asuntos del Cáucaso deben resolverse dentro del propio Cáucaso, y la externalización de estos problemas a potencias ajenas solo agrava la situación”.
El presidente iraní subrayó que la paz en el Cáucaso es una prioridad estratégica para Irán y expresó su apoyo a las negociaciones entre Armenia y Azerbaiyán. Además, reiteró la postura de Teherán a favor de la inmutabilidad de las fronteras regionales, advirtiendo que cualquier intento de modificación podría desatar una peligrosa competencia geopolítica.
Uno de los puntos de mayor proyección estratégica planteados por Pezeshkian fue la activación del corredor Golfo Pérsico–Mar Negro, que considera de interés común. Este proyecto contempla el desarrollo de vías ferroviarias, rutas terrestres y marítimas, mercados fronterizos, comercio ampliado y la creación de zonas de libre comercio.
“Tenemos una fuerte voluntad de ampliar nuestra cooperación, especialmente en el campo económico. Nuestros países ya cuentan con experiencias exitosas en ámbitos como la cultura, la medicina y la industria farmacéutica. El tránsito regional y la cooperación económica son pilares fundamentales de nuestra asociación con Armenia”, aseguró.
Las declaraciones conjuntas de Pashinian y Pezeshkian marcan un punto de inflexión en las relaciones bilaterales. Armenia busca en Irán un socio estratégico que le permita contrarrestar el cerco geopolítico impulsado por Azerbaiyán y Turquía, mientras que Teherán refuerza su influencia en el Cáucaso Sur y asegura un acceso estratégico hacia el mar Negro.
En este nuevo escenario, la profundización de la relación armenio-iraní aparece no solo como un motor de desarrollo económico y energético, sino también como un factor de equilibrio geopolítico en una región atravesada por tensiones y redefiniciones de poder.