Constitución de Armenia: soberanía, democracia y esperanza

5 de julio de 2025 

Este día, la República de Armenia conmemora el 30° aniversario de su Constitución, aprobada por referéndum popular el 5 de julio de 1995, un hito histórico que consolidó su transición hacia un Estado democrático, independiente y de derecho tras la disolución de la Unión Soviética.

La Constitución no solo fue la piedra angular del nuevo orden institucional, sino también el reflejo del anhelo del pueblo armenio de vivir en libertad, dignidad y paz, tras décadas de opresión y conflicto. En sus páginas se consagraron los principios fundamentales que guían a la nación hasta hoy: la soberanía del Estado, la separación de poderes, el respeto a los derechos humanos y la voluntad popular como fuente de legitimidad.

Durante estas tres décadas, Armenia ha atravesado múltiples desafíos: guerras, bloqueos, crisis políticas y migraciones forzadas. Sin embargo, la Constitución ha permanecido como un faro de estabilidad institucional y una herramienta clave para el fortalecimiento de la democracia. Sus reformas a lo largo de los años han reflejado la evolución del país y la necesidad de adaptarse a nuevas realidades sociales, políticas y geopolíticas.

En esta fecha trascendental, el aniversario invita no solo a celebrar, sino también a reflexionar. La vigencia de la Constitución no depende solo de su texto, sino de su efectiva aplicación, del compromiso cívico de la ciudadanía y de la responsabilidad ética de sus dirigentes. En un contexto regional aún incierto, con heridas abiertas y desafíos pendientes, la Constitución de 1995 sigue siendo un recordatorio del pacto fundacional entre el Estado y su pueblo.

Treinta años después, los principios de justicia, libertad e igualdad siguen siendo banderas irrenunciables para la construcción de una Armenia más fuerte, democrática y en paz. La Constitución no es un documento del pasado, sino una herramienta viva para el presente y el futuro