La limpieza étnica y la destrucción incesante de poblaciones armenias autóctonas, sitios de patrimonio cultural y lugares religiosos cristianos armenios en Artsaj (Nagorno-Karabaj) por parte de Azerbaiyán han entrado en una fase nueva y más siniestra.
Tras la reciente expulsión forzada de toda la población armenia nativa de la región, las estructuras estatales azerbaiyanas han intensificado sus campañas para presentar erróneamente Artsaj como históricamente azerí. En esta ocasión, sus tácticas incluyen la promoción de viajes de lujo financiados con petrodólares, proyectos de participación académica e iniciativas de realineamiento geopolítico en los territorios de la República de Artsaj.
Este nuevo nivel de genocidio en curso, y su negación, claramente tiene como objetivo apuntalar las falsas narrativas antiarmenias promovidas por Azerbaiyán para borrar la prueba viviente de la presencia milenaria y la producción cultural armenia en Artsaj (Nagorno-Karabaj).
Mediante la explotación de los recursos y activos comerciales, institucionales y naturales de Artsaj, en el marco de estas nuevas campañas, Azerbaiyán continúa apropiándose indebidamente de objetos, tesoros y tradiciones culturales, tangibles e intangibles, de Armenia y de sitios del patrimonio cultural mundial. La desaparición de todo un pueblo se blanquea, mercantiliza y revaloriza bajo el pretexto del turismo, la academia y las empresas.
TOURS SOBRE EL GENOCIDIO
Ahora se invita a los viajeros estadounidenses a realizar viajes “selectivos” a un “nuevo” destino en Azerbaiyán.
¿Cuál destino? Artsaj , la misma región que hace apenas unos meses sufrió la limpieza étnica sistemática de más de 120.000 armenios indígenas.
Investigaciones recientes al respecto han descubierto las actividades de múltiples agencias de turismo, incluyendo grupos de viajes de lujo avalados por Condé Nast Traveler y Travel + Leisure , que actualmente están comercializando "excursiones exclusivas" a Artsaj. Los agentes de viajes han descrito con entusiasmo momentos memorables comiendo las comidas "famosas" de la región, como cierto "pan plano con verduras". La delicia culinaria que se describe como azerí es, de hecho, el antiguo y tradicional plato armenio de Artsaj, "Jingyalov ", cuyos creadores nativos ahora son refugiados, víctimas de la limpieza étnica. Estas agencias se dirigen "discretamente" a viajeros occidentales adinerados para viajes de "turismo de aventura" en el Artsaj ocupado, exotizando el genocidio y vendiéndolo como vacaciones.
Estas grotescas ironías son consecuencia del genocidio realizado por Azerbaiyán contra los armenios y su activa revalorización de la tierra, la cultura y el patrimonio robados, mientras las instituciones mundiales hacen la vista gorda y, peor aún, participan. Estos viajes no se publicitan ampliamente; en cambio, se ofrecen de forma selectiva para evitar el escrutinio público, las reacciones negativas y las preocupaciones sobre derechos humanos. Esta estrategia de marketing encubierta es la señal de una campaña calculada para replantear los crímenes de guerra azeríes y presentar los beneficios ilícitos del genocidio como experiencias de lujo.
COMPLICIDAD ACADÉMICA
Para colmo de males, la Dra. Jennifer Wistrand , representante del Centro Woodrow Wilson, asistió recientemente a un foro de política global en Stepanakert, capital de la República Armenia de Artsaj, actualmente bajo ocupación y control militar azerbaiyano. La participación de académicos respaldados por Estados Unidos, y otros, en eventos celebrados en territorios sometidos a limpieza étnica constituye un respaldo inadmisible a esta ocupación ilegal. Pone de relieve la inquietante complicidad de las instituciones académicas, que siguen encubriendo su participación con el lenguaje de la supuesta diplomacia y la "estabilidad", ignorando la flagrante realidad de la despoblación forzada y la destrucción cultural.
QUÉ PODES HACER
Una amplia gama de personas, de todo el mundo, están ahora llamando a todos los medios de comunicación internacionales, organizaciones humanitarias y gobiernos, así como a profesionales del derecho, académicos y grupos internacionales de derechos humanos, a que adopten de manera inequívoca y sin prejuicios una postura contra el genocidio, los continuos abusos de los derechos humanos y las consecuencias de los crímenes de guerra que quedan impunes.
Cada vez más es imperativo el papel de la diáspora