Armenia se enfrenta a desafíos que, lamentablemente, siguen sin resolverse en su mayoría, a pesar de los enormes esfuerzos realizados por mi país. Así lo afirmó el Ministro de Asuntos Exteriores de Armenia, Ararat Mirzoian, en su discurso en el segmento de alto nivel del 58º período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Señaló, en particular: “Hace un año, en mi discurso, abordé en detalle los desafíos que enfrentaba Armenia. Lamentablemente, la mayoría de estos desafíos aún siguen sin resolverse, a pesar de los enormes esfuerzos realizados por mi país. Las declaraciones de nuestro vecino oriental siguen cuestionando la integridad territorial de Armenia, a pesar del reconocimiento de la integridad territorial de cada uno, con base en el tratado de 1991, sobre la Declaración de Alma-Ata, que, entre otras cosas, reafirmó que las fronteras administrativas de la República Socialista Soviética de Armenia y la República Socialista Soviética de Azerbaiyán, se habían convertido en fronteras internacionales de repúblicas independientes. Además, en estos momentos se están llevando a cabo en Azerbaiyán juicios simulados contra 23 armenios que han sido encarcelados arbitrariamente, sin respetar las normas de derechos humanos necesarias para un juicio adecuado.
Hace un año, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, informó a este Consejo que la Oficina del Comisionado, había enviado dos misiones a Armenia para recabar información sobre la situación de más de 115.000 personas de etnia armenia. Estamos seguros de que los resultados de esta misión serán una contribución importante para avanzar en los esfuerzos de reconciliación.
La República de Armenia, comprometida con su agenda de establecer la paz y la estabilidad en nuestra región, ha hecho varias propuestas constructivas a la parte azerbaiyana, incluso en el contexto del Tratado de Paz, la apertura de la infraestructura de transporte, el mecanismo de control y verificación mutua de armamentos y otros, teniendo en cuenta la necesidad de concluir un acuerdo estratégico que regule todas las cuestiones claves.
Estamos convencidos de que la respuesta constructiva, un mayor compromiso y la demostración de voluntad política de ambas partes contribuirán en gran medida a la apertura de una nueva era de paz en nuestra región. Es en este contexto que quisiera reafirmar una vez más la disposición de la parte armenia a dejar atrás la hostilidad y establecer una paz institucionalizada. “No sólo estamos preparados para ello, sino que no nos desviaremos de ese camino”.