La reciente entrevista del Primer Ministro Nikol Pashinian con la televisión pública ha provocado una fuerte reacción en Armenia y en la diáspora armenia global. Sus comentarios abordaron temas sensibles como la identidad nacional, el papel de la República de Armenia y la relación con Armenia occidental, la patria ancestral de muchos armenios que viven en el extranjero. Los comentarios han provocado fuertes reacciones de los ciudadanos, ex funcionarios y miembros de la diáspora.
Durante la entrevista, Pashinian enfatizó la importancia de la República de Armenia como base de la identidad armenia. “Digo que nuestra identidad depende de la República de Armenia. No tengo otra identidad”, dijo. Sostuvo que en el mundo moderno, las identidades están estrechamente vinculadas a los estados-nación. En respuesta a las críticas de los armenios suizos que acusaron a su gobierno de socavar la identidad armenia, Pashinian señaló que la única manera de garantizar la identidad es a través de tener un estado-nación.
Un periodista le preguntó si esta perspectiva excluía a la diáspora, que a menudo se aferra a la idea de regresar a la Armenia occidental, una patria perdida durante el genocidio armenio. En respuesta, Pashinyan afirmó: “Una persona vive en Australia y sueña con regresar algún día al lugar de nacimiento de sus abuelos. Que regrese. ¿Qué tiene que ver la República de Armenia con esto?”.
Estos comentarios han suscitado duras críticas, en particular de quienes los consideran un desprecio por el significado histórico y emocional de Armenia Occidental para la identidad armenia.
La reacción ha sido rápida e intensa. Arman Tatoian, ex Defensor de los Derechos Humanos de Armenia, acusó a Pashinian de sacrificar la identidad nacional y la memoria histórica en aras de la supervivencia política. En un artículo publicado en Facebook, Tatoian escribió: “Décadas de esfuerzos internacionales y armenios están siendo eliminados exclusivamente por un objetivo: mantener el poder”.
Vicken Sosikian, un veterano defensor de los armenios en el extranjero, expresó su indignación y dijo a The Armenian Report: “Esto es un insulto no solo para al menos 10 millones de armenios, sino para cada persona que lucha por tener un estado en correspondencia con una identidad que valoran. Está insultando a todos los kurdos, asirios, armenios, a todos los que han sido privados de su patria. Básicamente, los armenios de Artsaj, según su lógica, no pueden sentirse armenios porque no tienen una patria. Los palestinos no pueden sentirse palestinos si no tienen una Palestina. Esta es una declaración absurda e insultante contra todos aquellos que han sido privados y a quienes se les ha arrebatado su país injustamente”.
Arthur Ghazarian expresó inquietudes similares y afirmó que la visión de Pashinian para Armenia implica crear un nuevo tipo de ciudadano que renuncie a la memoria histórica y priorice el Estado sobre la Nación. Señaló la pérdida de Artsaj como un ejemplo de los fracasos del liderazgo de Pashinian.
Astghik Galeian, una madre que perdió a su hijo en la guerra de 2020, expresó su indignación criticando a Pashinian por ignorar el Genocidio Armenio y el significado simbólico del Monte Ararat. “Ararat es nuestra montaña, el genocidio es la pesada carga de los turcos”, declaró, llamando a Pashinian un “glotón” del poder.
Lida Arushanian, otra madre en duelo, criticó duramente el liderazgo de Pashinian, acusándolo de vender las tierras de Armenia a Turquía y de no defender el legado de los sobrevivientes del Genocidio. Criticó la inacción del gobierno y la pasividad de la población, afirmando: “No tendrán otra patria. Hubo una Artsaj, y ustedes también la negaron”.
La controversia muestra la creciente división entre la administración de Pashinian y segmentos de la sociedad armenia, tanto dentro del país como en la diáspora. Si bien algunos pueden argumentar que su enfoque pragmático apunta a estabilizar a Armenia en un entorno geopolítico desafiante, otros lo ven como una traición a los valores fundamentales y las luchas históricas que definen al pueblo armenio.
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Nota traducida del original de "THE ARMENIAN REPORT"