Azerbaiyán derribó la cruz de Stepanakert. Así lo publicó el sitio web monumentwatch.org que supervisa el patrimonio cultural de Artsaj .
"Después de las agresivas operaciones militares de septiembre de 2023 y la despoblación total de Artsaj, Azerbaiyán continúa destruyendo los valores culturales armenios basándose en el origen étnico. La prueba de todo esto fue la destrucción de la cruz iluminada de 50 metros en una de las colinas cerca de la aldea Dashushen, cerca de Stepanakert, que no sólo fue una agresión para al valor cultural, sino también para toda la comunidad cristiana armenia. El vídeo de la cruz caída fue publicado por primera vez en el canal Telegram de la publicación ucraniana Strana.ua. https://t.me/sisumasis/68310
La cruz fue instalada el 9 de mayo de 2017, en memoria de los militares que murieron por la liberación y defensa de Artsaj. Era el segundo más alto de la región europea, era visible desde todos los lados de la capital de Artsaj, Stepanakert, estaba iluminada con luces especiales que la hacían visible incluso de noche.
Nuestra respuesta:
Vale recordar que el daño causado a los valores culturales de cada nación es un golpe al patrimonio cultural de toda la humanidad, porque cada nación tiene su propia contribución a la diversidad cultural global. Según la Convención de La Haya de 1954, que es también la base de otros tratados internacionales y que en su artículo primero define lo siguiente: valor cultural "...independientemente de su origen o propietario, el patrimonio mueble o inmueble de gran importancia para cada pueblo, tales como monumentos arquitectónicos, de arte o históricos, independientemente de su carácter religioso o laico". Según el artículo 4 de la Convención de La Haya de 1954 para la Protección de los Bienes Culturales en Tiempo de Conflicto Armado, están prohibidos todos los actos de vandalismo, hurto, apropiación indebida, hostilidades y represalias contra el patrimonio cultural. Según el primer Protocolo de La Haya de 1954, está prohibido destruir valores culturales o espirituales en los territorios ocupados.
Esta política de destrucción deliberada del patrimonio cultural también es condenada por la declaración de la UNESCO de 2003 "Sobre la destrucción deliberada del patrimonio cultural", escribe el sitio.