Comunicado del Primer Ministro de Armenia con motivo del 32° aniversario de la Independencia de la República de Armenia.

Querido pueblo, queridos compatriotas:

Hoy celebramos el 32º aniversario de la independencia de la República de Armenia. La independencia, tener un Estado independiente, es la forma más elevada de autoexpresión de cualquier pueblo y, a menudo, se concede a costa de muchas pruebas y sufrimientos.

Esto también es válido para nosotros. En el referéndum del 21 de septiembre de 1991, el pueblo de la República de Armenia dijo “Sí” a la Independencia.
Pero como resultó más tarde, ésta era la parte más fácil del camino hacia la Independencia. Posteriormente, el pueblo de la República de Armenia tuvo que afrontar crisis económicas y políticas, guerras y pobreza. Es en este torbellino y pasando pruebas, nos dimos cuenta de que declarar la independencia es una cosa, conquistarla y fortalecerla es otra completamente distinta.

Los sufrimientos y pruebas que hemos padecido en los últimos años son parte integral de la lucha por la independencia y la soberanía de la República de Armenia. Últimamente, al dirigir la política exterior y regional, a menudo me han criticado por basarme en la Declaración de Alma-Ata de diciembre de 1991 y documentos relacionados, que también fueron firmados por la República de Armenia.

Muchos llaman directa o indirectamente a abandonar la política basada en ese documento. La cuestión es que la Declaración de Alma-Ata y los documentos relacionados son uno de los factores fundamentales de la independencia de la República de Armenia, que registra la base política y jurídica para que 12 repúblicas de la ex URSS, incluida la República de Armenia, obtuvieran su independencia de la Unión Soviética, así como los principios fundamentales de esa independencia.

Y, por lo tanto, los llamados a abandonar la política basados ​​en ese documento son llamados a abandonar la independencia, la soberanía y la integridad territorial de Armenia, con todas las consecuencias que de ello se derivan.

Queridos pueblos, queridos compatriotas:

Hoy vivimos tiempos difíciles, sufriendo sufrimientos físicos y psicológicos indecibles. Pero es importante entender por qué tenemos que recorrer este camino de pruebas. Decir eso por el bien de la Independencia significa decir gran parte de la verdad, pero no la más importante. Porque la independencia, por muy elevada que sea una meta, es en realidad un medio para alcanzar una meta más elevada. Se trata de la felicidad de nuestras generaciones futuras.

Debemos heredarles una Armenia donde la gente pueda expresarse libremente y construir su propia felicidad a través del trabajo libre y creativo.

Incluso hoy en día en Armenia existen muchas condiciones que contribuyen a esto: la democracia, la libertad de actividad económica y legal, la igualdad de todos ante la ley, una política anticorrupción basada en principios y la actividad económica son condiciones necesarias pero no suficientes para ello.

Para que estas condiciones sean completas es necesaria la paz, es decir, un entorno libre de conflictos. La paz es un factor que asegura y garantiza la seguridad, así como la independencia y la soberanía.

Muchos creen que en este tenso entorno regional, ante conflictos militares ocasionales, no es adecuado hablar de paz. Pero particularmente en estas condiciones, la paz debe valorarse y no debe confundirse con una tregua o un alto el fuego. La paz es un entorno libre de conflictos, conflictos interestatales e interétnicos.

Este camino no es fácil, pasa por conmociones externas e internas, y debemos recorrerlo por el bien de la independencia, por el bien de la condición de Estado, por el bien del futuro.

En el verano de 2021, con su voto, fui elegido Primer Ministro de la República de Armenia con el lema “Hay futuro”. El futuro pacífico, democrático, próspero, creativo y feliz de la República de Armenia es el objetivo por el que soportamos estas pruebas, por el que recorremos este camino.

Felicito a todos con motivo del Día de la Independencia.

Gloria a los mártires y viva la República de Armenia.

¡Viva la República de Armenia!