Para construir una paz real y duradera en la región, Armenia y Azerbaiyán deben encontrar soluciones mutuamente aceptables a todos los problemas existentes en el proceso de negociación, evitando nuevas manifestaciones de odio y enemistad, dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores de Armenia en un comunicado.

“Estos temas incluyen, entre otros, el establecimiento de una base legal sólida para la demarcación de la frontera estatal entre Armenia y Azerbaiyán de conformidad con la Declaración de Alma-Ata y los mapas más recientes del período soviético, así como el desbloqueo de la infraestructura de transporte de la región sobre la base de la soberanía, jurisdicción, igualdad y reciprocidad de los países, así como la garantía clara de los derechos y la seguridad del pueblo de Nagorno Karabaj, dijo el Ministerio, agregando, que la mejor manera para esto último es un diálogo directo y sustantivo entre Baku y Stepanakert con participación internacional,

“Mientras tanto, la continua retórica hostil de las autoridades de Azerbaiyán, la amenaza de usar la fuerza y ​​las provocaciones de las autoridades de Azerbaiyán hacia el territorio soberano de la República de Armenia y los armenios de Nagorno-Karabaj cuestionan seriamente la sinceridad y la voluntad política de ese estado para lograr la paz en el sur del Cáucaso. Además, las acciones de Azerbaiyán no solo no tienen como objetivo abordar los problemas existentes a través de un diálogo constructivo con Stepanakert, sino que conducen constantemente a la limpieza étnica en Nagorno-Karabaj”, se lee en el comunicado.

“La evidencia más reciente de esto es la instalación de barreras de hormigón por parte de Azerbaiyán en el Corredor Lachin el 22 de junio de 2023 y la exclusión de cualquier movimiento de personas, mercancías y transporte. Como resultado, el suministro de alimentos, medicinas y artículos de primera necesidad a Nagorno-Karabaj y el transporte de pacientes gravemente enfermos se han detenido por completo, incluso por parte del Comité Internacional de la Cruz Roja. Junto con el bloqueo ilegal del Corredor Lachin, el suministro de gas y electricidad a Nagorno Karabakh se ha interrumpido durante más de 6 meses. Los ataques a los ciudadanos que realizan trabajos agrícolas y las acciones subversivas por parte de los empleados de las fuerzas armadas de Azerbaiyán no se detienen. En las condiciones del empeoramiento de la crisis humanitaria,

“En este contexto, también es necesario recordar la intimidación de la población civil de Nagorno-Karabaj por parte de Azerbaiyán a través de las redes sociales, así como a través de altavoces locales, la falta de respeto deliberada a la obligación de garantizar el retorno de las personas desplazadas de Hadrut y las regiones de Shushi, la ocupación de los asentamientos de Khtsaberd, Hin Tagher y Parukh después del establecimiento del alto el fuego el 9 de noviembre de 2020, la destrucción del patrimonio cultural armenio en los asentamientos armenios que quedaron bajo el control de Azerbaiyán, etc.” agregó.

“Estas acciones se llevan a cabo desafiando las decisiones vinculantes de la Corte Internacional de Justicia de las Naciones Unidas y numerosos llamados de la comunidad internacional. En estas condiciones, la comunidad internacional no puede fingir estar ciega y hacerse ilusiones de que los derechos y las cuestiones de seguridad del pueblo de Nagorno Karabaj pueden abordarse sin una atención, participación y esfuerzos internacionales especiales y urgentes. Abordar los derechos y la seguridad de 120 mil armenios de Nagorno-Karabaj en el marco del mecanismo internacional a través del diálogo Bakú-Stepanakert es necesario y vital. Consideramos necesario enfatizar nuevamente que la República de Armenia continuará realizando esfuerzos sinceros para establecer la paz en la región”, concluyó el Ministerio.