Con el reciente bloqueo de Artsakh por parte de Azerbaiyán, el Instituto Lemkin ha publicado una actualización de su alerta de bandera roja para Azerbaiyán.

En la mañana del 3 de diciembre, un grupo de azerbaiyanos vestidos de civil bloqueó la ruta Stepanakert-Goris, la única carretera que conecta a los armenios de Artsaj con la República de Armenia. Durante más de tres horas, aproximadamente 120.000 armenios de Artsaj estuvieron aislados de Armenia propiamente dicha y rodeados por azerbaiyanos. Tras varias horas de negociación con el régimen azerbaiyano, finalmente se reabrió la ruta y se restablecieron las comunicaciones.

El Instituto Lemkin recuerda a la comunidad internacional que este reciente asedio a Artsaj no es un hecho aislado sino uno más dentro de una serie de acciones criminales llevadas a cabo por el régimen autocrático de Ilham Aliyev en Azerbaiyán, que continúan sin oposición seria por parte de la comunidad internacional.

“La impunidad total de la que goza Aliyev combinada con la intención genocida de su régimen y muchos azerbaiyanos casi garantizará la repetición y escalada de este tipo de violencia”, dijo el Instituto.

“Muchos regímenes genocidas organizarán ensayos para el genocidio en pasos incrementales, midiendo la respuesta internacional a medida que avanzan. El Instituto Lemkin para la Prevención del Genocidio cree que Aliyev está haciendo precisamente eso: preparar el escenario para el genocidio al confirmar la apatía internacional sobre el tema de Artsaj y acostumbrar lentamente a los actores internacionales a la perspectiva de una agresiva invasión azerbaiyana de Artsaj, que es 99,7 por ciento armenia y parte del patrimonio cultural integral de Armenia. Aparte de algunos votos valientes en los parlamentos español y francés, así como declaraciones de apoyo a la República de Armenia por parte de legisladores estadounidenses, Aliyev no ha enfrentado repercusiones públicas por las guerras agresivas y las atrocidades cometidas por sus militares o por la odiosa retórica. de su régimen”, dice el comunicado.

Además, dice el Instituto Lemkin, el aislamiento total de la población armenia de Artsakh es una clara violación del acuerdo tripartito del 9 de noviembre de 2020, que puso fin a la Guerra de los 44 días.

“La acción de hoy es una de las numerosas violaciones del acuerdo que el régimen de Azerbaiyán ha cometido hasta la fecha, que también incluyen la guerra de agresión del 13 de septiembre contra la República de Armenia que mató a más de 200 armenios, entre ellos civiles, y resultó en la ocupación de parte del territorio soberano de la República de Armenia. Además, aislar a los armenios de Artsaj es una violación del derecho internacional humanitario, el derecho internacional de los derechos humanos y, posiblemente, el derecho penal internacional. La intención genocida de Bakú nunca ha sido más clara y las acciones llevadas a cabo hasta el momento predicen este desenlace”, señala.

“Debido a que la comunidad internacional sigue optando por ignorar los reclamos de supervivencia y autodeterminación de los armenios en Artsaj, y debido a que los medios de comunicación en general no logran presentar una imagen adecuada del conflicto (si es que cubren el conflicto), Aliyev está convencido de su invencibilidad. La combinación de estos factores, junto con la geopolítica de la región y el compromiso de la comunidad europea en negocios relacionados con el gas con el régimen autocrático de Azerbaiyán desde el comienzo de la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania, crea el ambiente perfecto para que el régimen de Bakú pueda libremente perseguir sus objetivos genocidas y sus ambiciones territoriales”, continúa el comunicado.

El Instituto Lemkin ha emitido varias alertas y declaraciones de bandera roja con respecto a las amenazas de genocidio y las acciones criminales de Azerbaiyán contra los armenios tanto en Artsaj como en Armenia propiamente dicha.

“Reiteramos que creemos firmemente que la comunidad internacional puede prevenir el genocidio en este caso ejerciendo una presión diplomática coordinada tanto sobre el régimen de Aliyev en Azerbaiyán como sobre su aliado, el régimen de Erdogan en Turquía. El mundo occidental debe dejar claro que no apoya el genocidio, no sea que acabe siendo testigo de otra catástrofe más para el pueblo armenio. Las naciones occidentales corren un grave riesgo de facilitar el genocidio en este caso y no deben creerse fuera del alcance del derecho penal internacional”, enfatiza el Instituto.