Dadivank aún no puede recibir peregrinos armenios y no se sabe cuándo podrán participar en la liturgia en el antiguo monasterio. El primado de la diócesis de Artsaj, el obispo Vrtanes Abrahamian, dijo que cinco clérigos armenios continúan aislados en Dadivank: “Nuestros cinco clérigos siempre están allí. Solo los peregrinos no han podido entrar desde mayo. El clero está allí. Sirven dignamente, de acuerdo con lo que es propio”.

Obispo Vrtanes Abrahamian

El Primado está en contacto con los cinco clérigos, en espíritu y por teléfono. También hay varias docenas de pacificadores rusos con ellos en el área de Dadivank. El obispo Abrahamian exclamó: “Son nuestros servidores. Los monjes están en su vida monástica. Cuando es necesario visitar Ereván o Stepanakert, lo permitimos. Vienen, hacen su trabajo y regresan, pero siempre están en su lugar de servicio. No tienen ningún contacto con los azerbaiyanos. El clero lleva a cabo todas sus actividades con las fuerzas de paz”.

Afirmó que el propósito del clero es rezar, dirigir servicios y celebrar liturgias. Recuerda que en un tiempo los peregrinos visitaban el monasterio y se realizaban bautizos y bendiciones.

El padre Vrtanes desconoce los motivos de la prohibición de entrada de peregrinos. Los peregrinos armenios, por ejemplo, pueden visitar el Monasterio de Amaras acompañados por fuerzas de paz. El padre Vrtanes señaló que Amaras no es una zona prohibida. Es posible entrar con las fuerzas de paz y hay una liturgia todos los domingos, a diferencia de Dadivank, que por el momento no se considera parte del territorio de Artsaj.

Él dijo: “No lo permiten y ya está, sin razón. No dicen nada. Las fuerzas de paz están en el territorio del monasterio. Ellos viven juntos. Por supuesto, las habitaciones son diferentes. Están separados: son militares, mientras que los clérigos realizan el servicio espiritual. Lo que piense la parte azerbaiyana es una cuestión secundaria. Estamos haciendo lo que tenemos que hacer”.

Periódicamente se observa tensión en las fronteras de Armenia y Artsaj y, lamentablemente, también mueren habitantes pacíficos. Los azerbaiyanos no han cambiado su comportamiento agresivo. Los clérigos armenios, sin embargo, no pierden el optimismo.

“Todo clérigo es optimista. No hay clérigo que no sea optimista, porque una persona que tiene una conexión con Dios no puede dejar de ser optimista. Una persona que está desanimada es una persona que ha caído en pecado. No nos desanimamos porque siempre estamos con Dios. Sentimos su presencia en nosotros y transmitimos lo mismo a nuestro pueblo, ya sea a través de palabras, conversaciones individuales, oraciones generales, o a través de sermones, servicios de adoración y visitas a unidades militares”.

Incluso después de la guerra, Azerbaiyán declara que Artsaj no existe. Además, continúa con sus políticas agresivas pero recibe una respuesta del Primado, quien declara: “Los azerbaiyanos pueden decir tal cosa, pero la verdad sigue siendo la verdad. Artsaj es armenio y debe seguir siendo armenio. Debemos seguir viviendo aquí, ser más fuertes, estar al lado de nuestro estado, de nuestro sistema de valores, de nuestros hijos y criar hijos dignos que amen aún más a nuestro país y se conviertan en líderes dedicados para el futuro de nuestra patria y su pueblo. Esta es nuestra misión y creo que no fallaremos, porque estamos con Dios”.

Anteriormente, informamos que los azerbaiyanos habían cerrado el monasterio, primero alegando que se trataba de una epidemia de Covid y luego diciendo que el río Tártaro se había desbordado, que la carretera se había derrumbado y que no se podía llegar al monasterio. Ahora, sin embargo, no hay una razón evidente para la prohibición.