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Armenia - Presidente Armen Sargsian
Mensaje al celebrarse el 30° aniversario de la Independencia de Armenia
24 de Septiembre de 2021

Queridos compatriotas,

Estimados ciudadanos de la República de Armenia,

Hoy es el trigésimo aniversario de la declaración de la independencia de la República de Armenia.

Ocurre en una situación críticamente difícil, con muchos problemas y desafíos.

Ocurre en vísperas de la culminación del primer año de la desastrosa guerra, en las condiciones de dolor por la pérdida de miles de jóvenes, los destinos inciertos de nuestros compatriotas en cautiverio o desconocidas, incurables heridas de nuestras almas y cuerpos, y sueños interrumpidos.

Ocurre en un momento en el que junto con el mundo tenemos que luchar contra el coronavirus.
Ocurre a la vez cuando el país está con gran necesidad de nuestros hombros unidos, nuestras mentes y nuestros esfuerzos conjuntos,cuando hay una necesidad de comprender y defender nuestra identidad más profundamente,
cuando necesitamos con fuerza la unidad y la escucha mutua, la comprensión, el respeto mutuo y la tolerancia, compartir el dolor y apoyarnos unos a otros.

Como es hoy, también fue un período difícil para nuestro pueblo hace treinta años, y nuevamente surgió la misma pregunta: ¿seremos capaces de superarlo y cómo?

Y lo superamos!. El 21 de septiembre de 1991, hicimos realidad nuestro sueño de muchos años con la República Independiente de Armenia.

Además, nadie nos dio la independencia. Lo intentamos, luchamos y lo logramos. Lo logramos no solo a costa de nuestra voluntad y devoción, sino también a costa de la vida de muchos de nuestros compatriotas.

Una vez más, me inclino ante la memoria de todos aquellos que se sacrificaron por la independencia, soberanía, libertad y seguridad de Artsaj.

Extiendo mi más profundo respeto a todos aquellos que han contribuido al logro de la independencia.

Queridos compatriotas:

Desde hace treinta años, por diversas razones objetivas y subjetivas, no hemos podido aprovechar plenamente la oportunidad que nos brinda la independencia, desarrollar nuestra victoria y éxito.

Todo parecía estar ahí para ello, desde el sueño a la idea, desde la emoción a la voluntad, desde la experiencia del pasado hasta la búsqueda del futuro.

Mientras tanto, hoy resulta que no apreciamos lo que teníamos. Además, subestimamos tanto las ganancias como las pérdidas.

Hemos utilizado nuestro espíritu no tanto para crear un éxito real como para regocijarnos en el éxito deseado.

El golpe recibido unos treinta años después, lamentablemente, fue en forma de una nueva guerra ...

Hoy, la historia de nuestro país, el pueblo, el presente y el futuro están entrelazados. Debemos aprender del pasado. Al mismo tiempo, no debemos permitir que el pasado nos impida avanzar.

La seguridad nacional es y seguirá siendo el tema más importante para nuestra Patria durante mucho tiempo. Debemos hacer todo lo posible para fortalecer nuestro sistema de seguridad. Sin un sistema de seguridad sólido, no puede haber desarrollo ni progreso.

Debemos hacer más esfuerzos para el desarrollo futuro de nuestra Patria, Armenia y Artsaj. Pero primero, debemos evaluar y darnos cuenta del valor vital de un estado independiente de manera realista, no emocional.

El Estado se convierte en una realidad cuando vive en nosotros, en nuestro trabajo, en nuestra forma de vida, en nuestra familia y en nuestra forma de pensar.

Debemos tener una clara agenda, visión y programa nacional y estatal, que también debe orientar nuestras acciones en los contactos con nuestros socios y las relaciones internacionales, en general.

Necesitamos una conciencia profunda de nuestra identidad nacional y nuestra condición de Estado.

Necesitamos unidad para hacer de nuestra Patria un estado seguro, defensivo, fuerte y saludable en todos los aspectos.

Necesitamos paciencia y conciencia para darnos cuenta de que las dificultades son temporales y podemos superarlas.

Necesitamos visión de futuro para ver nuevas oportunidades incluso en la situación actual.

Necesitamos realismo y una revalorización de la realidad. No es solo el Estado el que necesita reiniciarse, sino también nuestro sentimiento de Estado y la conciencia de las consecuencias del posible peligro de perderlo.

Debemos salir de la situación con la cabeza en alto, la espalda recta y avanzar:

en un clima de solidaridad, tolerancia y concertación nacional,
con el coraje de mirarse a los ojos con dignidad, con franqueza y honestidad,
con la perseverancia en renunciar a las pretensiones individuales y al populismo, y dar pasos concretos,
con el objetivo de hacer de nuestra Patria, Armenia y Artsaj, seguros y prósperos.

La historia recuerda tanto derrotas como victorias. Debemos ser capaces de vivir como estado, como pueblo y como sociedad de tal manera de hacer que la historia testifique de nosotros solo a través de logros y victorias.

El Día de la Independencia nos une a todos, desde Armenia hasta Artsaj y la Diáspora. Que este sentido de unidad nos ayude a lograr nuestros objetivos nacionales, panarmenios y estatales.

Que Dios proteja nuestra Patria, nuestra gente en Armenia, Artsaj y la Diáspora.

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