Estas provocaciones deben enfrentarse con la reacción adecuada de la comunidad internacional, dijo el ministro de Relaciones Exteriores en funciones de Armenia, Armen Grigorian, en el Foro Político de Alto Nivel sobre Desarrollo Sostenible bajo los auspicios del ECOSOC.

“A pesar del llamamiento del Secretario General para un alto el fuego global en medio de la pandemia y la subsecuente Resolución 2532 del Consejo de Seguridad de la ONU, el otoño pasado Azerbaiyán, con el apoyo directo y la participación de Turquía y combatientes terroristas extranjeros de Siria y Libia, lanzó una agresión a gran escala contra Nagorno -Karabaj, que provocó miles de bajas, decenas de miles de heridos, desplazados, pérdida de medios de vida y colapso de infraestructuras. Varias regiones de Nagorno-Karabaj que fueron tomadas como resultado del uso de la fuerza, fueron depuradas étnicamente y su población fue objeto de crímenes de guerra y atrocidades masivas ”, dijo Armen Grigorian.

Señaló que Azerbaiyán utilizó la fuerza para reprimir el derecho a la autodeterminación del pueblo de Artsaj en una violación de la Carta de la ONU, que entre otras estipula claramente que todas las disputas internacionales deben resolverse por medios pacíficos.

“A lo largo de los 44 días de ofensiva, el ejército azerbaiyano cometió flagrantes violaciones del derecho internacional, incluido el derecho internacional de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario, atacando deliberada y sistemáticamente las infraestructuras civiles, en particular escuelas, hospitales, maternidades, sistemas de comunicación, así como actos de vandalismo y destruyendo el patrimonio cultural y religioso armenio. Hasta el día de hoy, Azerbaiyán continúa con sus transgresiones, negándose a devolver a los prisioneros de guerra armenios que aún mantiene en cautiverio, haciendo reclamos territoriales e intentando tomar territorios soberanos de la República de Armenia y bloqueando la entrada de los esfuerzos humanitarios internacionales a Artsaj. ”, enfatizó.

“Estas provocaciones deben enfrentarse con la reacción adecuada de la comunidad internacional. El acceso de las misiones humanitarias, y especialmente las de las Naciones Unidas a Nagorno-Karabaj, debe otorgarse de manera rápida e incondicional ”, señaló el canciller en funciones.

Hizo hincapié en que se necesitan más esfuerzos internacionales para revitalizar el formato de los Copresidentes del Grupo de Minsk de la OSCE y continuar las deliberaciones sobre una solución política duradera al conflicto de Nagorno-Karabaj.